El trabajo clandestino supera los índices de desempleo
La economía sumergida es un fenómeno muy extendido, incluso en épocas de crisis económica. Según estimaciones de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) un 10% de la población activa en los países industrializados tienen ocupaciones subalternas o secundarias, no declaradas. Este tendencia tan generalizada al "trabajo negro o clandestino" cuenta sin embargo con muchos defensores a pesar de que tanto el Gobierno como la patronal y los sindicatos suelen condenar estas prácticas.
En un estudio comparativo de la OIT, que saldrá de imprenta en breve, los niveles de trabajo clandestino superan con frecuencia los del desempleo. Con relación a la población activa, advierte el informe, el porcentaje de "clandestinos" podría representar entre un 3% y un 5% en Francia, del 8% al 12% en la República Federal de Alemania, del 13% al 14% en Suecia y del 10% al 35% en Italia. En Estados Unidos se dice que el número sobrepasaría los 25 millones de individuos.Aunque se desconoce la incidencia económica exacta de este fenómeno, los ingresos derivados de esta forma tan peculiar de trabajo son "considerables". En 1979 se estimó que los ingresos representaban el 5% o más del producto nacional bruto (PNB) en varios países de Europa occidental y en Estados Unidos. Los Gobiernos quieren poner fin a esta práctica, en particular a causa de las enor mes sumas que desvía del erario público. Por lo general, las tentativas de represión, casi siempre limitadas, han dado un resultado hasta ahora "decepcionante".
Este tipo de economía subterránea no parece fácil de extirpar. El estudio hace hincapié en un informe de la Cámara de Comercio de Industria de París, que recomienda se ponga fin a todo aumento de la imposición fiscal, se simplifiquen los trámites administrativos y se pongan en evidencia las ventajas y la seguridad que ofrecen los empleos legales comparados con los trabajos clandestinos.
El infonne de la OIT añade que para quienes ejercen a plena jornada tareas fastidiosas y carentes de interés, el trabajo negro brinda muy a menudo la ocasión de demostrar ciertos talentos y competencias técnicas, a veces con la intención de hallar un nuevo empleo más interesante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.