Las cajas de ahorro desinvierten en grandes empresas para prepararse a participar en sociedades regionales
Las cajas de ahorro han iniciado, un proceso generalizado de desinversión en empresas grandes, que escapan a su control. Animadas en muchos casos por las expectativas de que el Gobierno tratará de encauzar su capital-riesgo hacia sociedades que promuevan el desarrollo regional, según medios de dichas entidades, durante la primera mitad de este año han vendido acciones y participaciones por más de 3.000 millones de pesetas, bancarias en su gran mayoría. Otras actividades afectadas son las de construcción y electricidad. El Consejo Superior del Ahorro ha dictaminado favorablemente esta actitud, después de varios estudios técnicos.
Junto a las ventas de acciones, realizadas paulatinamente y con discreción para no perjudicar a las empresas o a sus cotizaciones bursátiles, diversas cajas han desatendido en los últimos meses ofertas de acciones. La negativa ha recaído principalmente en grandes bancos que intentaban bajar su autocartera para sanearse o afrontar en mejores condiciones otras iniciativas.Según fuentes informadas, dos criterios, aparte de la rentabilidad, han condicionado estas decisiones. De un lado, el propósito socialista de separar nítidamente cajas y bancos. De otro, las expectativas de que el Gobierno, dentro de sus objetivos de regionalizar y democratizar dichas entidades, intentará dirigir sus mayores inversiones obligatorias en capital-riesgo, a través de la próxima modificación de coeficientes, hacia medianas y pequeñas empresas que fomenten el desarrollo regional.
Desinversiones
Después de reducirse el saldo de compras y ventas en unos 3.000 millones de pesetas, de ellos, las cinco sextas partes bancarios, la cartera de títulos españoles de renta variable en poder de las cajas asciende ya a menos de 79.000 millones de pesetas, dentro de los casi 1,5 billones de pesetas invertidos en títulos, de los cuales el resto es de renta fija (obligaciones, bonos, ectétera), y más de medio billón ha sido emitido por el sector público. Pero la disminución afecta también a algunos títulos de renta fija; durante los cinco primeros meses del año, por ejemplo, los bancarios han descendido en 6.389 millones, hasta situarse en 45.512.El proceso desinversor, que se extiende a constructoras y eléctricas -los dos sectores más beneficiarios de la financiación privilegiada encomendada a las cajas por los coeficientes de inversión obligatoria-, se desarrolla no sin resistencias de algunos consejeros de las cajas. Pierden así el incentivo de sentarse en los consejos de administración de compañías importantes. Con tales cargos compensan económicamente la gratuidad del puesto que les lleva a ellos. Esta situación ha sido uno de los factores que aconsejaron el proceso, pues la compatibilidad de consejos entrañaba el peligro de favorecer también la concentración de riesgos crediticios.
"Cuando va a una sociedad participada", han declarado fuentes de las cajas, "el consejero se siente más de la empresa que de la institución que representa. Tiende a explotar a las cajas en beneficio de las sociedades. Y eso sin que, por lo general, las cajas sean capaces de mandar, como la banca". Sin embargo, la presencia en los consejos de administración de empresas que atribuyen dichas acciones ha causado a las cajas numerosos problemas no sólo de orden personal, sino también financiero, de rentabilidad y hasta de imagen.
En este contexto, un dictamen del Consejo Superior del Ahorro, entidad asesora de dichas instituciones, ha señalado como criterio general "la no conveniencia de participar directamente en el capital de sociedades industriales, e incluso la oportunidad de reestudiar sus actuales participaciones en función de su objetivo fundacional, de los intereses generales a los que estas instituciones han de servir y de los más específicos y siempre muy importantes de las propias cajas".
Recomendaciones
El estudio fue encargado a finales del año pasado por la Caja de Madrid y ha sido difundido entre el resto de las cajas, debido a que se pretendía aclarar con el mismo la conveniencia o no de mantener en general las participaciones, el grado óptimo de control y las ayudas financieras que debeben generar.La respuesta del Consejo, basada en diversas simulaciones econométricas, ha precisado que resulta difícil ofrecer conclusiones con nivel general. "El contexto de la crisis general y la situación diferenciada de las distintas entidades", agrega, "impiden hablar de un modelo único de comportamiento y, por ello, es imprescindible que cada entidad, de forma individual, examine sus propias posibilidades técnicas y diseñe su política de diversificación de riesgos -sectorial y por operación-, así como el nivel de control que desea ejercer en las empresas en que participe".
La recomendación general emitida pese a estas observaciones se basa, entre otros, en los siguientes puntos:
-La adquisición de ciertos compromisos como empresario y gestor "redundaría en un cambio de imagen, que en ocasiones podría salir deteriorada (conflictividad en las empresas, negociaciones salariales, expedientes de crisis, etcétera).
-Profundizar en dicha política implicaría mayor concentración de riesgos y obligación de futuras aportaciones, con peligro de poner en entredicho la tradicional alta seguridad de los depósitos colocados en las cajas.
-Unido al alto nivel del coeficiente de inversión obligatoria, "supondría una reducción significativa del volumen de recursos para préstamos y créditos."
-Junto a la seguridad de las inversiones, debe ser objetivo clave el ejercicio de un cierto control organizativo y de gestión sobre las empresas participadas.
A este respecto, el dictamen expresa dudas sobre la capacidad de gestión empresarial de las cajas. Resalta que, con un tamaño de la cartera de renta variable del 10% de los recursos ajenos libres, 2,5 veces superior al existente, "solamente un 34,5% de las cajas podrían acceder a participar en las grandes empresas, en la hipótesis de un nivel máximo de riesgo del 5% y de control del 20%. Y se reduciría al 2,5% de ellas en el caso de reducir el nivel de riesgo al 2% y elevar el de control al 51%".
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