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LA ACTIVIDAD CULTURAL EN LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO

Jorge Luis Borges cree que el homenaje español justifica sus 84 años de vida dedicada a la literatura

El vicepresidente Alfonso Guerra le impuso en Santander la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio

"En este momento, mis 84 años se sienten justificados, cosa que nunca ocurre y ahora, por virtud de ustedes, está aconteciendo". Emocionado hasta las lágrimas, Jorge Luis Borges dio las gracias al Gobierno y al pueblo español, durante el acto en cuyo transcurso se le impuso la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, que le ha sido concedida por decreto del 24 de este mes, la fecha de su cumpleaños. Presidieron el acto el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, el ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, el presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana, Luis Yáñez, el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santiago Roldán, el presidente de Cantabria, José Antonio Rodríguez, y la gobernadora civil de Santander, Alicia Izaguirre.La ceremonia de entrega de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio al escritor argentino Jorge Luis Borges se desarrolló en uno de los más amplios salones del palacio de la Magdalena, en presencia de autoridades y personalidades locales, y de un grupo selecto de invitados que acudieron a presenciar el histórico acontecimiento. El primero en entrar en la sala fue el propio Borges, quien ya mostraba signos de emoción en su rostro, franqueado por María Kodama y Emir Rodríguez Monegal.

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Alfonso Guerra dio la palabra a Santiago Roldán quien, en un breve discurso, agradeció al Gobierno la concesión de esta condecoración, se felicitó del honor de que su entrega se realizara en el palacio de la Magdalena y afirmó que la presencia de Jorge Luis Borges en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo es la culminación de dos meses de verano durante los cuales Santander se ha convertido en el centro de las actividades culturales del país. "Para esta universidad constituye el máximo motivo de orgullo ser el lugar donde se entrega la distinción", dijo, y añadió que quien realmente hacía la entrega era "la España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad" de la que el propio Borges ha hablado en su obra. Acabó, nuevamente parafraseando al homenajeado, pidiendo un aplauso para el mismo con la siguiente frase: "Queridos amigos: fervor de Jorge Luis Borges".

Tomó la palabra Luis Yánez, para resaltar que era lógico e indispensable que el Instituto de Cooperación Iberoamericana se sumase también a la iniciativa.

El ministro Maravall dijo, acto seguido, que "la condecoración con la que el Gobierno de España ha querido honrar al escritor Jorge Luis Borges lleva el nombre de un rey que fue llamado Sabio, sin duda, porque fue poeta y por su poesía es y será recordado; pero momentos porque fue integrador de tres culturas. Aquel rey, hijo de un santo y de una princesa germánica hizo de su corte una escuela que recopilaba leyes, historia y saberes quirúrgicos. De esta corte ya formaba parte antes de hoy Jorge, Luis Borges, con tantos títulos como Marcos de Toledo, Juan Hispalense, Gerardo de Cremonal Adelardo de Bath y sabios hombres árabes y judíos cuyos nombres nos han sido hurtados por mezquinos redactores de pequeñas y parciales historias". Acabó diciendo que "Borges es parte, él mismo, de la continuidad secreta de su pueblo, es ya su historia. Nadie -ni siquiera Borges- podría impedirlo". A continuación con voz solemne y emocionada, Maravall leyó el decreto por el que se concede la condecoración.

Elegir entre los dioses

Finalmente, antes de que Borges diera las gracias, el vicepresidente del Gobierno dijo que "el Gobierno español al conceder esta condecoración al ilustre poeta lo hace atendiendo al carácter universal del autor y su obra, la literatura que trasciende cualquier política ideológica temporal". Al escritor que reúne en sí mismo las fuentes de diversas culturas, que se ha convertido en maestro de todos los hombres, "cautivando con las palabras, encantando con la combinación que concede la lengua y el estilo", a estos valores, dijo el vicepresidente Guerra que se ha querido festejar con esta distinción, "eligiendo entre los dioses a este solitario creador que escribe en el alma, oprimido por el hombre y su presente".El último en hablar fue Borges, titubeante, emocionado, con lágrimas en los ojos. "En esta mañana que es ya inolvidable, siento algo de lo que gocé muy pocas veces en mi vida. Me siento justificado. Si pienso en lo que se ha (lado en llamar mi obra, una mera ilusión tipográfica de fragmentos, una miscelánea, ceniza en suma, pero si en esa obra el espiritu logrado a través de mí, o a pesar de mí, comunicar algo, si estoy recibiendo estas múltiples generosidades de todos ustedes, esto quiere decir que no he vivido en vano, que algo de lo que he escrito tiene valor. En este momento, mis 84 años se sienten justificados, cosa que casi nunca ocurre y ahora, por virtud de ustedes, está aconteciendo".

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