Colaboración y solidaridad
Pocas, muy pocas veces en su historia moderna Euskadi ha sufrido una catástrofe como la vivida en este pasado fin de semana.Ante esta tragedia la respuesta de la población y las instituciones ha sido, en general, positiva, y se podría resumir en dos palabras: colaboración y solidaridad. A excepción de esas inevitables minorías de individuos que aprovechan estas circunstancias para hacer pillaje, y que merecen toda nuestra condena, la población civil se ha comportado con un claro sentido de la responsabilidad. (...)
Positiva, en términos generales, ha sido también la respuesta de distintos colectivos profesionales, como los de orden público (varios miembros de la Guardia Civil fallecieron en tareas de salvamento), sanitarios, la alimentación, hostelería, limpieza pública.(...)
Sin entrar en análisis pormenorizados y demasiado rigurosos, en general también ha sido positiva la actitud de las distintas instituciones oficiales. Desde el primer momento, el lendakari dirigió las operaciones de coordinación, en las que colaboraron todos los departamentos del Gobierno vasco, así como Ertzaina, fuerzas de la Policía Nacional, Guardia Civil, unidades del Ejército, de la Marina y del Aire. Por su parte, las diputaciones y los ayuntamientos han trabajado al límite de sus posibilidades, lo mismo que los gobiernos civiles y delegaciones y departamentos del Gobierno central en Euskadi. Tenemos noticias muy fragmentarias de que han existido algunas disfunciones y queremos creer que han sido más debidas a errores humanos y actitudes personales que a resistencias deliberadas, a quienes, desde el Gobierno vasco, tenían la responsabilidad de coordinar todas las operaciones.
La presencia de los Reyes en Euskadi visibiliza el interés y la preocupación de la más alta institución del Estado por este dramático acontecimiento, lo inismo que la visita de Felipe González. Queremos creer que estos gestos expresan también de alguna forma la solidaridad de otras comunidades del Estado con la de Euskadi en un mbimento tan dramático para el pueblo vasco.
Y ahora hay que mirar al futuro. Nos gustaría que esa colaboración y solidaridad, que se han manifestado en estas primeras horas a todos los niveles -instituciones, organismos públicos y privados, voluntarios anónimos...-, siga en pie y, si cabe, se, incremente. Existe el riesgo de que, una vez que el rostro de nuestros pueblos recupere su normalidad, se olvide la situación tan dramática en la que han quedado afectados tantos cientos y cientos de ciudadanos (....)
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