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La Marcha sobre Washington se convirtió en plataforma contra la política de Reagan

La marcha a favor del empleo, la paz y la libertad congregó el pasado sábado en Washington a un cuarto de millón de norteamericanos, que, además de criticar la política de Ronald Reagan, rememoraron, 20 años después, la gran concentración en la que Martin Lutero King pronunció su célebre discurso sobre los derechos civiles de los negros: He tenido un sueño.

Los centenares de miles de manifestantes -200.000, para la policía, y 300.000, según los organizadores- tenían un objetivo de mayor alcance que reivindicar derechos civiles.La marcha sirvió para congregar a los oponentes a la política del presidente norteamericano. Así, los organizadores repitieron que en estos momentos es prioritaria una nueva "coalición de las conciencias" hostiles a Reagan.

Naturalmente, entre los manifestantes hubo militantes de los derechos civiles, pero también se congregaron grupos de oposición al actual presidente estadounidense: pacifistas, organizaciones antinucleares, grupos de apoyo a Centroamérica y mujeres que reivindican la ratificación de la reforma constitucional relativa a la igualdad entre los sexos.

El ambiente pareció más una feria que una manifestación política. Desde las primeras horas de la mañana Washington fue invadida por millares de autocares, los trenes de la libertad afluían a sus estaciones y aviones fletados especialmente aterrizaron desde todos los lugares de la nación. Alrededor de 4.000 policías custodiaban la marcha entre el Cápitolio y el Linco1n Memorial, erigido en honor del presidente libertador de esclavos.Por la tribuna de oradores pasaron Coretta King, viuda del líder negro, premio Nobel de la Paz, asesinado en 1969; la militante feminista Gloria Steinem; Tony Bonilla, responsable de la liga de los ciudadanos hispanos; Jesse Jackson, defensor de los negros y eventual candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, quien dijo en su discurso: "Nuestra hora ha llegado".Algunos de los que organizaron la marcha de 1963 no se sumaron a la del sábado por considerarla "sin ningún objeto", debido a la amalgama de grupos y reivindicaciones.

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