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Un protagonista de la España peregrina

José Bergamín, pensador y poeta, murió' en San Sebastián a los 87 años a causa de una hemiplejia

El escritor y poeta José Bergamín, de 87 años, falleció ayer a las 14.40 horas de ayer en su casa de San Sebastián, donde residía desde hace un año, víctima de una hemiplejia, informa Félix Maraña. Fue, entre otras importantes actividades en la vida cultural de la España de la República y de la España peregrina del exilio, el fundador de la influyente revista Cruz y Raya. Tras dos meses de penosa enfermedad, uno de los más destacados escritores de la generación del 27, moría con plena consciencia en su domicilio de la calle Pedro Egaña, 2. Hace exactamente un mes moría en México su gran amigo Luis Buñuel, de su misma generación y con cuyas aventuras cinematográficas colaboró con entusiasmo. Bergamín no quiso en ningún momento que se le internara en un centro sanitario, estuvo siempre lúcido y en todo momento esperó con entereza la llegada de la mano de nieve, la muerte. Falleció rodeado de sus hijos y sus amigos donostiarras, entre los que se encontraba Alfonso Sastre, quien había regresado urgentemente de un viaje al Puerto de Santa María, al conocer el estado de gravedad del escritor y sabedor de la voluntad del mismo de ser inhumado en Fuentarrabía, lugar donde reside la familia Sastre. Eva Forest, esposa de Sastre, informó nada más conocer la triste noticia, que el entierro de José Bergamín tendrá lugar hoy lunes, a las cinco de la tarde -en el cementerio de dicha localidad guipuzcoana. Una hora antes partirá desde el domicilio del escritor la comitiva que trasladará sus restos mortales por la carretera Nacional I, pasando por las localidades de Rentería y Urdanibia. Visiblemente emocionada,Eva Forest - declaró que no se sentía con fuerzas para hablar de "un hombre de tanta honestidad y coherencia, que para mí es un ejemplo tan íntimo". Ese mismo sentir era el de Alfonso Sastre, que nada más ocurrir el desenlace iniciaba los trámites para proceder al entierro de su amigo. El proceso de adelgazamiento de José Bergamín puso su salud en una situación crítica, sobre todo a partir de una operación quirúrgica que padeció tras una fractura de cadera. Sin embargo, el escritor llevaba su enfermedad con cierta resignación y jovialidad y sus amigos recordaban ayer sus manifestaciones sobre su propia figura cervantina. Eso mismo haría el propio escritor en una recientes declaraciones al recordar su infancia y el hecho más importante de ésta, lo que él llamaba "el encuentro con su esqueleto", a raíz -de aquella operación de cadera. Precisamente el pasado año, José Bergamín manifestó su preocupación porque ya no le quedara tiempo para escribir sus memorias, que según él podían haberse titulado Recuerdos de mi esqueleto, aunque de publicarse se titularían Lo que no me figuraba. Su primer capítulo, Ahora que me acuerdo, fue publicado por la revista Alicorne en Uruguay, cuando el escritor estaba exiliado en aquel país. En los últimos días, el escritor había llegado a un estado crítico que él consideraba ya fatal, según hizo saber a sus allegados. Sin embargo, había comentado su deseo de visitar la exposición Ortega y su tiempo, inaugurada en San Sebastián el pasado jueves, y cuyos actos han sido aplazados por el estado meteorológico. Hace un año Bergamín decidió irse a vivir a San Sebastián.Para esta misma actualidad tuvo también frases duras en un poema publicado en Madrid en mayo pasado, dentro de la Antología de la libertad, donde emitía juicios críticos sobre la Monarquía.Esta posición crítica le aisló más de determinados medios a juicio de algunos intelectuales vascos, sobre todo a raíz de sus manifestaciones en las que responsabilizaba a la izquierda española de no existir después de Franco, "por estar muerta de miedo". En el mismo sentido, José Bergamín declaró que "la democracia española es turbia, espesa e indigesta". No obstante, por encima de sus opiniones políticas y del apoyo público a la coalición Herri Batasuna, los mismos medios consultados reconocían que, su obra y su trayectoria anterior venía marcada por la coherencia y la honestidad.

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Bergamín, quien se identificó con Mefistófeles afirmando "yo soy aquel que negándolo todo, todo lo afirma", tal como confesaba a Alfonso Sastre en una extensa entrevista publicada en el número 281 de la revista Punto y Hora, gustaba de prodigarse en frases rotundas, tal cual sentía las cosas, y de este modo han ido apareciendo diversos artIculos suyos, entre al aforismo y el apotegma, en el diario Egin de San Sebastián.

Reacciones

Una de las primeras personas en reaccionar ante la muerte de Bergamín fue Jaime Salinas, director general del Libro. "Recuerdo cuando vino a Boston para dar conferencias en apoyo de la República, y después nos encontramos en París en los años 50. Fue uno de los más grandes intelectuales españole,s de este siglo, que a pesar de sus aparentes contradicciones tuvo una posición coherente, fiel a unos principios del valor del individual como hombre libre".

Para su íntimo amigo el escritor Carlos Gurméndez, Bergamín fue "el escritor comprometido esencialmente con la lucha de su pueblo, el español. Toda su obra es un grito de esperanza en la redención y salvación cristiana, fue un cristiano revolucionario que se sintió atraído por los ideales del socialismo. Bergamín advirtió: 'Estoy con los comunistas hasta la muerte, pero ni un paso más-.

El pintor mexicano Alberto Gironella opinó que Bergamín es "el español que mas huella ha dejado en México. Acuñó la frase de España peregrina que hizo fortuna en México. A él se debe la fundación de la Casa de España, el actual Colegio de México."

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