La tormenta originó en Santander tres víctimas y cuantiosas pérdidas materiales

Tres muertos e incontables pérdidas materiales es el balance inicial de la tromba de agua que, desde las 00.00 horas de la madrugada de ayer se abatió sobre Cantabria. No obstante, y dado que las comunicaciones con numerosas zonas de la región son difíciles y en algunos casos inexistentes, no se descarta que, en las próximas horas, puedan ser contabilizadas nuevas víctimas. A última hora de la tarde de ayer, las previsiones meteorológicas no ayudan, precisamente, al optimismo, al tiempo que los principales ríos de la región se desbordaban sobre amplias zonas de ésta.

Dos de las víctimas mortales de las riadas ocurridas en Cantabria se produjeron en la localidad de Renedo de Piálagos, a 20 kilómetros de Santander, al desbordarse el río Pas a su paso por la citada localidad. Los muertos son Gumersindo Legua Quevedo, de 28 años, y Joaquín Diego Trueba, de 44 años, desconociéndose, hasta el momento, las circunstancias en las que se produjeron las muertes. Las comunicaciones telefónicas con la citada localidad cántabra se encuentran cortadas, así como las carreteras que conducen a ella. A última hora de ayer, se esperaba que las fuerzas del Ejército y dé la Guardia Civil enviadas a la zona puedan reestablecer la comunicación con una localidad donde el, pánico, según las noticias, ha hecho presa entre la población.La tercera de las víctimas contabilizadas hasta el momento, Salvador José Fernández Carriles, se registró en la localidad de Soto de la Marina, en las cercanías de la capital de la región, al ser arrastrado por un pequeño riachuelo, convertido en torrentera a causa de las fuertes lluvias. La intensidad de las precipitaciones en la región que, según el centro meteorológico, alcanzaron, los 30 litros por metro cuadrado desde las 14.00 a las 1-6.00 horas en que duró la tormenta, ha afectado no sólo a las zonas que tradicionalmente sufren los embates de las riadas, sino a las situadas en la franja costera donde estas situaciones son prácticamente desconocidas.

El estado de las comunicaciones entre Cantabria y las regiones limítrofes varía de hora en hora, aunque puede asegurarse, en base a los datos aportados por la Guardia Civil de Tráfico, que la comunicación por carretera con Burgos se encuentra cortada, con dificultades la que conduce a Asturias y desconociéndose el estado de la carretera nacional que une esta región con el País Vasco. En cuanto a las comunicaciones por vía férrea, tanto las de Renfe como las de FEVE, han sido suspendidas en su totalidad, debido a los numerosos desprendimientos de tierra, ya que grandes tramos de vía se encuentran anegados por las aguas.

En la región, el río Saja, a su paso por la comarca de Cabuérniga, presentaba en la tarde de ayer un espectáculo sobrecogedor, siendo numerosas las viviendas situadas en su ribera que habían sido abandonadas por sus moradores. En la madrugada de ayer, la fuerza de las aguas acabó en pocos minutos con las obras de encauzamiento, realizadas en los últimos tres años y con una inversión superior a los 30 millones de pesetas. En numerosos puntos de la carretera que une Santander y Asturias, los desprendimientos de tierra y rocas hacen difícil la circulación, en tanto que a la entrada de Torrelavega la circulación quedó colapsada durante más de dos horas al alcanzar el agua más de un metro y medio de altura.

Guardia Civil, fuerzas del Ejército, Cruz Roja y voluntarios, así como los servicios de Obras Públicas de la Diputación Regional coordinados por Protección Civil y bajo las órdenes directas de las- delegada del Gobierno en Cantabria, Alicia Izaguirre, intentan acudir en auxilio de las numerosas zonas de la región que sufren dificultades. A última hora de la noche de ayer el centro meteorológico apuntaba una leve mejoría del tiempo.