Miembros del Bolshoi descansan en España antes de iniciar su temporada

El próximo 1 de septiembre inaugurará su temporada número 208. Una delegación del mítico teatro Boishoi, de Moscú, se encuentra descansando estos días en España. Son 30 personas interesadas por el arte y las costumbres en nuestro país, que en Sevilla, Granada, Málaga, Toledo y Madrid han fijado sus puntos de contacto con la realidad española, en unas jornadas dedicadas en parte a la visita de museos y monumentos histórico-artísticos y el resto al libre esparcimiento.

Amablemente, Dagmara Sergueeva, redactora jefe de Artistas Soviéticos -periódico del teatro Bolshoi-, explicó a EL PAIS la finalidad de esta visita turística: merecido descanso para unos artistas, tras una temporada de 10 meses de duración, en la que se ponen en escena 76 obras entre óperas y ballet. Desgraciadamente para los aficionados españoles, el teatro Bolshoi no ha actuado jamás en España, aunque sí lo hayan hecho algunas de sus figuras, situación que será resuelta el próximo año ya que está anunciada una gira del ballet Debolsoy, encabezada por su director, Yuri Grigorovich, y la primera bailarina, Maya Plisetskaya. Carmen, en versión para ballet de R. Shedrin, será una de las obras preparadas para esta gira.El Bolshoi es una institución en la que trabajan 3.006 personas, la tercera parte de ellas dedicada a las labores de creación artística, integrando 14 colectivos de ópera, ballet, coros y orquestas. El trabajo se planifica de acuerdo al desarrollo de los planes quinquenales, ofreciendo espectáculos diarios en sus (los principales escenarios: el teatro Bolshoi y el palacio del Congreso del Kremlin, ambos en Moscú, aparte de las giras anuales internas por las repúblicas soviéticas y, sus salidas al extranjero.

Si hay algún secreto en el éxito del Bolshoi, éste es el de la explotación del talento a base del trabajo metódico. Un trabajo que será juzgado en última instancia por el público: "La riqueza más grande del artista", en frase de Antoine de Saint Exupery, aplicada cotidianamente en el que hacer de este colectivo artístico. Intercambiar en un solo conjunto la experiencia con la juventud, por otra parte, "nos permite conservar nuestro trabajo, de colores grandes y psicológicos", indicó a este periódico la redactora jefe del órgano del teatro Bolshoi.

Preparar un espectáculo es un auténtico rito para estos artistas. El trabajo es colectivo, y los responsables y participantes en el mismo son elegidos democráticamente entre todos los que integran el reparto.

Para estos artistas soviéticos, la temporada es larga, y el número de obras del repertorio, fantástico, procurando combinar obras clásicas de la ópera y el ballet ruso, con las mejores composiciones de los autores nacionales contemporáneos, sin menospreciar las grandes creaciones de autores extranjeros.