El Consejo de Estado de Nicaragua aprueba la ley de partidos políticos

Después de ocho meses de debates, el Consejo de Estado nicaragüense ha aprobado la ley de partidos políticos, que constituye el primer paso legislativo hacia las elecciones que se celebrarán de 1985. Pese a todas las limitaciones que tiene esta disposición abre las puertas para que los partidos de la oposición puedan conquistar el poder mediante el voto popular.En un plazo de 90 días debe iniciarse la discusión del reglamento, que determinará la participación de los partidos en los medios de comunicación del Estado y su financiación con cargo al tesoro público. La normalización de las actividades políticas queda pendiente ahora del levantamiento del estado de emergencia, decretado en marzo del pasado año y prorrogado hasta hoy por la amenaza de los grupos armados antisandinistas que operan fundamentalmente desde la frontera con Honduras. Mientras esto no se produzca, la ley de partidos tendrá una vigencia meramente teórica.

El Gobierno sandinista ha condicionado con frecuencia el mantenimiento del calendario electoral al cese de la agresión exterior. La Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), que según algunas estimaciones cuenta con 8.000 hombres en armas, ha anunciado en alguna ocasión que interrumpirá la lucha armada en el momento en que Managua convoque elecciones libres.

Pero es poco probable que el marco de actuación política contemplado por la ley de partido resulte aceptable para la FDN, formada en gran parte por residuos del somocismo, ya que cancela definitivamente a las agrupaciones somocistas y obliga a asumir determinadas acciones del actual Gobierno.

En el terreno estrictamente militar, las fuerzas antisandinistas no han logrado avances significativos a pesar de la cuantiosa ayuda norteamericana, pero han forzado a Managua a desarrollar un permanente esfuerzo de guerra con un elevado costo social.

El racionarniento del azúcar, las largas colas ante las gasolineras, la escasez de frijoles y carne son algunas de sus secuelas, que ya están generando malestar en sectores populares. El signo de la guerra ha cambiado, por otra parte, en las últimas semanas.

A las acciones de frontera ha sucedido una infiltración más profunda en territorio nicáragüense, hasta llegar en ocasiones a 150 kilómetros al sur de sus campamentos hondureños.

Las acusaciones entre Honduras y Nicaragua no han cesado a pesar de las expectativas creadas por el grupo de Contadora, que el próximo día 25 volverá a reunirse en Panamá con los cinco cancilleres centroamericanos. El comandante en jefe del Ejército hondureño acusa a los sandinistas de haber entrenado a 2.000 hombres para combatir al Gobierno de Tegucigalpa. La Iglesia católica centroamericana, cuyas conferencias episcopales han celebrado una reunión conjunta en San José, acaba de hacer un llamamiento a todas las fuerzas en pugna para que inicien un diálogo honorable y civilizado, al tiempo que pide a las grandes potencias que salgan de la región.

El senador demócrata norteamericano Paul Tsongas, al término de su visita a Nicaragua, ha invitado por su parte al comaridante Daniel Ortega a visitar Estados Unidos para iniciar una etapa de distensión entre los dos países propiciada por el conocimiento mutuo.