El sector avícola está equiparado técnicamente al comunitario

El sector avícola, tanto de puesta como de carne, es uno de los que menos dificultades plantea cara a la integración en la Comunidad Económica Europea (CEE), ya que desde el punto de vista técnico es competitivo con el comunitario y sus características de producción así como sus reglamentaciones sectoriales son prácticamente idénticas a las existentes en la CEE. Las dificultades vendrán dadas por los excedentes de producción que existen por las dos parte, tanto en carne como en huevos, y que ha causado la ruina de numerosas explotaciones en España durante los últimos años, y por el incremento de los costes de producción debido al alza de las materias primas y del dólar. El período de transición para estas producciones debe ser, según la Comisión Europea, el clásico de siete años.Las circunstancias que rodean estas producciones, tanto en la CEE como en España, son prácticamente iguales y vienen dadas por la dependencia de Estados Unidos, que se hace más patente en el caso español. La materia prima que se utiliza en la alimentación de pollos y gallinas, principalmente la soja, es comprada en su mayor parte a Estados Unidos, ya que tanto la CEE como España son deficitarias en esta producción. Por otro lado, la tecnología y los primeros animales empleados en el ciclo proceden de empresas norteamericanas, sobre todo en el caso español.

Durante los últimos 13 años se ha producido en España una revolución tecnológica en este sector, que se había iniciado ya en los años sesenta. Ello ha permitido pasar de los 300 millones de pollos sacrificados en 1970 a los 518.257.000 sacrificados el año pasado, a los que hay que unir las 42.500.000 cabezas de otras aves sacrificadas el año pasado.

En lo que respecta a la producción de huevos para consumo, en 1970 se produjeron 677 millones de docenas de huevos de gallina, mientras que el pasado año la producción subió hasta los 933 millones de docenas. En 1970, 5.226 toneladas de huevos, mientras que las importaciones fueron de 85 toneladas.

Prueba de la similitud que existe con la CEE es que estas producciones de pollos y de huevos se rigen en España por dos reglamentos sectoriales elaborados recientemente que están hechos a imagen de los existentes en la Comunidad. La Comisión Europea ha planteado en numerosas ocasiones la necesidad de este tipo de reglamentos se elaboren para todos los productos que plantean problemas cara a la integración. Actualmente la situación por la que atraviesa el sector avícola, tanto de carne como de puesta, es crítica debido a los excedentes de producción, que no son absorbidos por el mercado interior ni tampoco por el exterior. En huevos, las tradicionales exportaciones españolas a los países del norte de África se están encontrando con la competencia de los países comunitarios, que también tienen unos fuertes excedentes. Desde el punto de vista técnico el sector es competitivo con el de la Comunidad. En España el mercado de pollos está dominado de manera importante por cuatro grandes empresas, junto a las que existen pequeños y medianos propietarios de granjas y mataderos que suelen ir unidas. Debido a las dificultades causadas por los excedentes de los últimos años, el propio sector elaboró y puso en marcha un plan de autorregulación que da buenos resultados en opinión de representantes del mismo, evitando la caída de los precios todavía mas. Mientras tanto, los productores de huevos, que están más atomizados que los de pollos, pasan también por una crisis de sobreproducción que les ha llevado a realizar algunos, intentos de autorregulación, sin que hayan cuajado. Actualmente los dos sectores están teniendo que hacer frente al encarecimiento de los costes de producción como consecuencia de la depreciación de la peseta en relación con el dólar.

Con todo, el principal problema con el que se tendrá que enfrentar el sector de pollos, al igual que el resto de las producciones cárnicas, es la carencia de existencia de mataderos homologados con las normas existentes en la Comunidad Económica Europea, por lo que, teóricamente y en caso de no variar estas circunstancias de aquí a la incorporación, España no podrá exportar carne a la Comunidad.