Louis Stokes,
presidente del comité de ética del Congreso norteamericano, fue detenido por la policía al conducir ebrio y saltarse un semáforo en rojo. Stokes seguramente se emborrachó por su falta de costumbre a la bebida, ya que, según él, sólo tomó dos vasos de vino durante la cena. Lo malo es que la policía no pudo practicarle la prueba de la alcoholemia, porque no es ético violar la inmunidad de los parlamentarios.
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