Europeísmo vasco
Quienes dudan de nuestro europeísmo ("Cuando toda España es europea, Euskadi no lo es....") parecen querer significar que el nacionalismo nos lo impide. Y el ataque nos llega desde la plataforma política de Interior y desde ciertos ambientes seudo-intelectuales: Umbral, Guerra Garrido, J. M. Benegas, Damborenea, P.J. Ramírez, etcétera. Un panorama que hace pensar en el tanque y los fusileros de a pie...Ya está puesta la raya diferenciadora. ¿Plan sokatira? Esto me recuerda mi infancia en Eskoriatza y las burlas que les hacíamos a los chavales que bajaban del caserío a nuestra escuela: nosotros sabemos erderas, vosotros, no... Ahora pienso que en el fondo teníamos algo de envidia porque ellos eran más agudos, tenían mayor tesón y a la hora de pelear no les ganábamos nunca.
Hoy la cosa va entre adultos (se supone) y también entre personas de cierto nivel ético (es otro suponer). Pues aun así ¡qué triste espectáculo! Por eso vamos a ponernos reflexivos y a tratar de imaginarnos lo difícil que puede resultar a veces improvisar oratoria ofensiva de cara a un micrófono o frente a la pequeña pantalla. En realidad, habría que establecer dos grupos: los que se toman ese trabajo con mesura y hasta con timidez y aquellos que se dejan arrastrar por su verborrea, acompañada del gesto melodramático... De ahí al esperpento, apenas un paso. De ahí a la erosión de la propia imagen y al ridículo, por tanto, casi nada. Y llegamos a los tópicos, a las frases insólitas: "Gente bien nacida" "Como hacen y actúan todas las personas honradas..." Los buenos y los malos. Los europeos y los otros.
No vamos a clamar en el desierto ni a repetir consideraciones de tipo convencional. Saben ellos perfectamente cuánto perjudican estos modos a su imagen, cuánta consideración ética deben a sus partidarios políticos y en el caso ,de los periodistas, a sus lectores. Deberían saberlo. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.