El enviado de Reagan llega a Siria para intentar que retire sus tropas de Líbano
El enviado especial norteamericano para Oriente Próximo, Robert Mc Farlane, llegó ayer a Damasco para intentar convencer a los dirigentes sirios a que atenúen su posición con respecto a la retirada de todas las fuerzas extranjeras. Mc Farlane fue recibido en el aeropuerto de la capital siria por Rached Keilany, subsecretario de Asuntos Exteriores y no hizo declaraciones. Siria había expresado su total negativa a los acuerdos a aceptar los acuerdos suscritos entre Líbano e Israel el pasado 17 de mayo.
Por otro lado, tras tres días de trabajo a puerta cerrada, el Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) concluyó en Túnez sus debates con la creación de una segunda comisión, destinada a reconciliar al presidente de Siria y al actual presidente de la organización palestina, Yasir Arafat. Este último, en un discurso de dos horas de duración, hizo hincapié en la "necesaria fraternidad" que reúne a palestinos y sirios, según informa desde Argel Manuel Ostos.
El Consejo se reunió en el hotel Salwa, situado a 30 kilómetros de la capital tunecina, donde la OLP ha instalado una parte de su estructura política y administrativa, tras el exilio forzado de Beirut, el a fío pasado. Con la excepción de Ahmed Jibril, dirigente de una rama prolibia, participaron los principales líderes de la OLP, quienes preconizan un alto el fuego entre partidarios y adversarios de Arafat, instalados en el valle libanés de la Bekaa, donde la rebelión contra el dirigente palestino ha causado ya decenas de víctimas.
El Comité Ejecutivo de la OLP creó el mes pasado una primera comisión de conciliación, dirigida por Jaled el Fahum, presidente del Parlamento palestino en el exilio, la cual fracasó en sus tentativas de obtener un alto el fuego entre combatientes palestinos y un acuerdo de Assad para permitir la llegada a Damasco de Arafat.
Argelia, Kuwait y Arabia Saudí intentaron también lograr que el presidente sirio cambiara de postura hacia Arafat, al que sigue considerando un "elemento incapaz de dirigir la lucha del pueblo palestino contra Israel".
La mayor parte de las capitales árabes sostienen la legitimidad concedida a Arafat por la última reunión del Parlamento palestino.
El número dos de Al Fatah, Abu Iyad, ha acusado a los disidentes de la Bekaa, dirigidos por el coronel Abu Mussa, de intentar llevar a cabo un golpe de Estado en la organizacióna, haciendo caso omiso de la opinión de la mayoría de los responsables palestinos.
Interviniendo, el jueves pasado, ante los 79 miembros del Consejo Central de la OLP en Túnez, Abu Iyad declaró: "La única vía democrática para destituir a Arafat es el Consejo Nacional Palestino. Lo demás es una tentativa de golpe que debe ser condenada por todos".
Según medios diplomáticos árabes de la capital tunecina, los debates del Consejo Central fueron duros y se formularon buen número de críticas contra la actual organización interna de Al Fatah, pidiéndose una participación más equilibrada de los diversos movimientos en la estructura dirigente de la OLP, actualmente dominada por los partidarios de Arafat.
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