Un joven mata a su hermano mayor creyéndole Drácula
Un joven de 19 años en tratamiento psiquiátrico y enfermo de hepatitis, ex drogadicto, mató el pasado jueves por la tarde a su hermano mayor, de 29 años, de dos disparos de escopeta, al parecer en un momento de enajenación mental, pues dijo inmediatamente después de¡ fratricidio que había matado a Drácula. El hecho ocurrió en el pueblo de Las Majadas (Cuenca), a 35 kilómetros de la capital y a unos 15 del Hosquillo, parque natural donde recientemente Felipe González tuvo un encuentro con el primer ministro francés, Pierre Mauroy.
Javier González Arias, de 19 años de edad, sin profesión y domiciliado habitualmente en Valencia, disparó sobre su hermano mayor, Tomás, de 29 años, casado, padre de un niño de un mes, carnicero de profesión, domiciliado también en la capital valenciana, de dos disparos de escopeta que le atravesaron el pecho, a las cuatro de la tarde del jueves, en la casa familiar de Las Majadas, pueblo de donde son naturales.El fratricidio se produjo poco después de la comida, en la sala de estar de la planta baja de la vivienda, situada en una de las plazas del pueblo. La madre de estos dos jóvenes se encontraba recogiendo los platos de la comida en el momento en que Javier bajaba la escalera que comunica con la planta alta y vio cómo encañonaba a Tomás y le disparaba. La mujer no tuvo tiempo de hacer nada, y, según testimonios de algunos vecinos, cuando se abalanzó sobre su hijo muerto el fratricida comentó que por qué lloraba sobre aquel hombre si no era su hermano, pues era Drácula.
La familia González Arias, que habitualmente reside en Valencia, había venido a este pueblo a pasar algunas semanas de descanso. El pueblo, de unos 200 habitantes, ha sufrido una gran conmoción por este suceso, en el que prácticamente todos los vecinos se sienten afectados, puesto que entre ellos se conocen.
Javier González Arias fue retenido por dos vecinos a la puerta de su casa, inmediatamente después de que causara la muerte de su hermano. No opuso ninguna resistencia y daba muestras de estar todavía sometido a los efectos de algún tipo de crisis nerviosa, pues su rostro era "pálido y como alejado", según lo han descrito algunas de las personas que lo vieron. El atestado de los hechos lo instruye la Guardia Civil del acuartelamiento de Uña. Javier González fue detenido por miembros de la Benemérita que se desplazaron a Las Majadas tras ser avisados de lo ocurrido.
Según han informado los padres de Javier a este periódico, el muchacho no trabajaba y se hallaba en tratamiento médico, tanto a consecuencia de una hepatitis detectada hace poco tiempo como por frecuentes alteraciones de tipo nervioso, de las que había recibido tratamiento en varios centros sanitarios en los últimos años en Valencia. Javier, según su padre, hace cuatro años era adicto a las drogas, a consecuencia de las cuales también estuvo en tratamiento de rehabilitación toxicológica.
El padre de Javier y de Tomás precisó que no medió discusión alguna entre los hermanos antes de la tragedia. Por lo visto, Tomás le había dicho a Javier el día anterior que iban a ir a Cuenca y que pensara lo que quería que le comprasen para hacerle algunos regalos. Éste era el ánimo cordial en el que, según la madre, se desenvolvían las relaciones familiares durante estos días.
Algunos vecinos han señalado que las crisis de Javier eran conocidas en el pueblo y que ya en alguna otra ocasión había actuado violentamente sin motivo. En cierta ocasión mató a un perro a puñaladas y en otra golpeó un coche cerca de las proximidades de su casa causándole algunos destrozos.
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