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Reportaje:

El espectáculo se llama Julio

42 músicos, 60.000 vatios de sonido y 4.000 o 5.000 vatios de luz acompañarán a Julio Iglesias, en su gira millonaria por España

El cantante español Julio Iglesias comienza mañana en el Auditorio de Palma de Mallorca una gira por España. Ese primer recital del artista residente en Míami (Estados Unidos) tendrá carácter benéfico y a él está previsto que asistan los Reyes de España. Las entradas para presenciar la actuación están absolutamente agotadas. Su precio oscila entre las 10.000 y las 15.000 pesetas. Este hecho y la recepción de que el cantante fue objeto anteayer en el aeropuerto de Palma confirman una vez más la gran popularidad de Julio Iglesias, que ha pasado de ser simplemente un cantante para convertirse en un fenómeno sociológico extraordinariamente atractivo. En estas páginas se habla de los contornos de la gira que mañana se inicia con todo lujo de medios, como corresponde, por otra parte, al carácter de los montajes que siempre suelen acompañar a este artista incluso en los momentos más triviales o más íntimos. En ese clima, después de siete años Julio Iglesias vuelve a su tierra.

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El reto de una gira comprometida

Va a resultar difícil dejar de hablade Julio Iglesias este verano. Se ha preparado el regreso a su tierra natal a la manera del indiano grandilocuente que vuelve convertido en un rey Midas. Julio Iglesias ocupa titulares y casi siempre, muy cerca de su nombre, se encuentra la palabra millonario. Este hombre que hace quince años ganó el festival de Benidorm cantando La vida sigue igual ha podido comprobar que todo puede resultar muy distinto cuando uno firma para grabar con una multinacional que le puede pagar cincuenta mil millones de pesetas en nueve años, cuando uno se establece en Miami, cuando uno se convierte en el más famoso cantante del mundo excluyendo Estados Unidos. Julio Iglesias se ha montado a lo enorme su gira veraniega por España la que supone el regreso tras siete años de trabajo en el extranjero. Aseguran quienes le traen que Julio apenas va a ganar dinero con esta tournée, y puede ser verdad. El dinero lo gana -y lo gasta- en otra parte. Julio Iglesias, ex futbolista, viene a España, en definitiva, para darse el gustazo de llenar el Bernabéu con su público, un público para el que previamente habrá vestido los céspedes con moqueta.El viernes por la mañana, rodeado de fuertes medidas de seguridad y acompañado por dos belas muchachas -Julio cultiva en todo el estilo Sinatra, cuya altura desea alcanzar en el mínimo tiempo posible-, el cantante llegó al aeropuerto de Barajas, desde don de se trasladó a un hotel cercano. para descansar antes de emprender vuelo a Palma de Mallorca, donde tuvo efecto la llegada oficial ese mismo día. Para entonces, ya la Prensa de todos los colores, y en especial la del corazón -de cuyos aumentos de tirada es directo responsable desde que se separó de Isabel Preysler y empezó a picotear de bella en bella-, le había deparado una espectacular bienvenida. La más chocante, posiblemente, es la que le muestra, a toda plana, en Lecturas, abrazado a una bandera española.

Un público selecto

La gira nacional de Julio Iglesias se incrusta en un programa de trabajo que empezó hace cinco meses y que finalizará en noviembre. Se initia mañana con el recital del Auditorio de Palma de Mallorca, en un acto a beneficio de la Fundación Reina Sofía, en presencia de los Reyes de España y con un público selecto, entre el que se cuenta con jeques árabes y personajes de la jet-set que han pagado rigurosamente sus quince mil pesetas por entrada. Todas las localidades para este concierto estaban vendidas con mucha antelación. No ocurre así con las entradas para los estadios, que se amontonan en grandes paquetes sobre el parquet en las oficinas provisionales montadas para el acontecimiento en un hotel madrileño. Los organizadores no tienen miedo a no vender las butacas, sino las localidades de gradas, "porque el público de Julio es precisamente el que paga más".

Esta tournée no la organizan Julio, ni su manager y hombre de confianza, Alfredo Fraile, ni su todopoderoso hermanísimo, Carlos aunque se supone que cada uno de los tres ha dado el visto bueno. La gira la organiza Club de Vacaciones, que pone para el evento trescientos millones de pesetas sobre la mesa, de los que se calcula que alrededor de doscientos setenta se irán puramente en gastos.

Club de Vacaciones es una empresa de tour operators que nada tiene que ver con el mundo del espectáculo. Sin embargo, hace unos años se inventaron unas galas, las llamadas galas O. T. A. -cuyas siglas corresponden a organización de Turismos Asociados, entidad que engloba, aparte del mencionado Club, entidades como Mundicolor o Tiempo Libre-, que se incluían en los recorridos turísticos, como la visita a las Cuevas del Drach o a la Palma by night. El primer artista contratado para alegrar a los foráneos entre paella y sangría fue Julio Iglesias, y el asunto debió de flincionar tan bien que ahora se han apuntado el tanto de traerle, invirtiendo esos millones en una pura y simple labor publicitaria.

José Esteban Echevarría, el hombre que trabaja para la organización, y que tiempo atrás estuvo al servicio de Julio Iglesias, cuenta que los primeros contactos con vistas a la gira se mantuvieron a mediados de febrero pasado, y que desde entonces han estado trabajando en ello, aunque puede decirse que, de una manera full time, vienen haciéndolo sólo desde hace dos meses; "Los primeros pasos que dimos estuvieron encaminados a conseguir los estadios. El Bernabéu y el Nou Camp fueron los más difíciles". Campos que no se ceden para menesteres cualesquiera, tales como conciertos de rock y otras ocasiones en que el personal suele darse a los desmanes: Julio Iglesias puede vanagloriarse de ser el único famoso ajeno al fútbol que pisa el Bernabeu. Aparte del Papa, naturalmente.

A diez millones asciende el alquiler de cada uno de esos dos estadios punteros por una noche. Los otros salen más baratos. Y alguno, casi gratis, como el de La Coruña, cuya corporación municipal considera que es un honor tener a Julio cantando en la ciudad, y corre con'casí todos los gastos. Por otra parte, los campos cuentan con suficientes garantías para el caso de que se les estropee el césped, cosa difícil de imaginar teniendo en cuenta que cinco mil metrostuadrados de moqueta viajarán de ciudad en ciudad para acoger los afilados tacones de las damas admiradoras del cantante.

Como se ha dicho antes, Julio Iglesias no cobra una cantidad estipulada. De esos trescientos millones de pesetas, se quedará con lo que cobre una vez pagados los gastos. "Los precios de las localidades van desde las 900 pesetas, graderío, aumentando a 2.500, 3.000 y 4.000 pesetas en sillas de pista". Las sillas, que estarán colocadas sobre la moqueta, en el campo propiamente dicho, tendrán un color por precio: beige, verde y rojo, de menos a más". El graderío, como todo el mundo sabe, es de cemento. "No podemos ponerlo a precios más bajos, porque una cosa es no sacar beneficios económicos, y otra, tener que pagar encima".

Promoción del disco

Echevarría insiste mucho en que la gente tiene que saber que no va a encontrarse con un desinadre rockero, sino con "un teatro de las dimensiones de un estadio. El escenario va a ser impresionante, con un montaje fastuoso, de mecanotubo, valorado en diez millones de pesetas. Luego están los 42 músicos que trae Julio, más 60.000 watios de sonido y otros cuatro o cinco mil de luces. La gente va a poder estar cómoda, tranquila, relajada. ¿El espectáculo?,¡El espectáculo es Julio mismo! Supongo que cantará durante unas dos horas".

Básicamente, el repertorio contará con los temas de siempre, que acaba de sacar en un doble álbum,

El espectáculo se llama Julio

una especie de compendio grabado en directo, en distintos escenarios, bajo el título Julio en concierto. Se cuenta que la CBS española -Julio es artista de la CBS internacional- se ha apresurado a inundar los escaparates con el nuevo disco del cantante, saltándose a la torera, dicen, los convenios a que la industria del disco ha llegado recientemente para dejar de degradar sus productos a fuerza de endiscar a lo salvaje todas las tiendas y establecimientos del ramo.Tres suites en un gran hotel de Madrid, otras tantas en Palma de Mallorca y varias habitaciones en La Toja son, como mínimo, las plataformas desde que se moverán los hilos de la gira. Julio Iglesias, por su parte, dispondrá durante un mes de una villa en Mallorca, a cambio de tres millones y medio de pesetas, que le servirá de lugar de descanso entre actuaciones.

Entre tanto, ciento cuarenta personas, que viajan de un sitio a otro, se encargarán de que todo esté a punto. Al margen de ellas, en cada plaza se contratan las que sean necesarias, entre cuarenta y ciento cincuenta más, según los casos. Julio cuenta con un servicio de seguridad permanente consistente en ocho personas, pero en cada ciudad, según las características del estadio, se van a requerir los servicios de tanto personal como sea necesario para garantizar que el cantante y su público se encuentren como en casa.

De cualquier modo, no es de esperar que se produzcan disturbios, salvo algún desmayo esporádico fácilmente soluble en agua del Carmen.

No es predecible que quepa en los estadios otra cosa que el aplauso y el éxtasis cuando rompa a cantar el hombre que, como reza el impecable, carísimo y devoto catálogo elaborado por las gentes de su entourage, "está tratando de asesinar con su sonrisa al incansable fantasma de la soledad que lo persigue".

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