Pujol afirma que empeoran las relaciones con el Gobierno y anuncia que se presentará a la reelección

El presidente de la Generalitat de Cataluña afirma sin vacilar que, a pesar de las manifestaciones en sentido contrario, las relaciones entre el Gobierno socialista y el de la Generalitat no han mejorado en los últimos tiempos y los motivos de desacuerdo son crecientes. Un Jordi Pujol de aspecto cansado explica que la presentación por parte del Gobierno central de recursos de inconstitucionalidad a las leyes del Parlamento autónomo, a las acciones de su Gobierno, o la promulgación de leyes orgánicas de carácter horizontal, no son más que la expresión de una política general destinada a igualar a la baja el nivel de competencias de todas las Comunidades Autónomas. El presidente catalán anuncia que ya ha decidido presentarse a la reelección y se prepara para encajar los ataques a su imagen pública que ya se perfilan.

Pregunta. Después de sus encuentros con el presidente González en la Moncloa, ha dado la impresión de que existía la voluntad recíproca de mejorar las relaciones entre el gobierno de la Generalitat y el del Estado. A pesar de ello ha sido presentado el recurso contra la ley de normalización lingüística. ¿Es cierto que existe esta mejora?

Respuesta. Tenemos bastantes motivos de contencioso y lo cierto es que cada vez son más. Aparte de los recursos de inconstitucionalidad pendientes, a mi me preocupan mucho cuestiones como la política de leyes orgánicas horizontales, como la LODE, que puede ser un gran golpe contra nuestras competencias en enseñanza, o la ausencia de las comunidades autónomas en los organismos que se ocupan de la reconversión industrial.

En cuanto al recurso contra la ley de normalización lingüística, he de decirle que nos ha dolido. Esta es una ley elaborada con prudencia, y después de la llamada telefónica que me hizo el señor Sotillos, después do que algunos ministros se opusieran a la presentación del recurso, después de los comentarios que nos habían efectuado otros ministros, creíamos que habría un gesto de buena voluntad. Pensaba también que los ministros Serra y Lluch influirían.

Todo esto no variará nuestra voluntad política de mantener un clima de diálogo y de superar los, insisto, crecientes desacuerdos.

P. El gobierno catalán no se ha pronunciado sobre la polémica acerca del uso de las banderas suscitada recientemente en el País Vasco, a diferencia de otros gobiernos autónomos. ¿Por qué?

R. Nosotros hacemos el pronunciamiento de aplicar lo que dice la Constitución y la legislación vigentes. Aplicamos la ley y no tenemos ningún problema de este tipo.

P. Pero usted sabe que el problema ha surgido sobre una situación política de fondo muy preocupante.

R. Cierto, y lamento la situación de violencia que persiste; lo lamento por el País Vasco y por España, porque creo que puede ser desestabilizadora.

P. Ni usted ni su partido se han pronunciado últimamente en la discusión sobre la fecha y la conveniencia o no de celebrar un referendum para decidir la permanencia o la salida de España de la OTAN, a pesar de que son conocidas sus posiciones proOTAN. ¿Qué voto aconsejarán a su electorado en caso de celebrarse este referendum?

R. Quien ha de aclarar su posición sobre esto es el Gobierno. Nosotros somos plenamente europeístas, sin ninguna inclinación ni veleidad neutralista o tercermundista. No es a nosotros a quienes corresponde decir qué haríamos en determinado supuesto cuando quien mantiene la indefinición es el Gobierno de Madrid. Por otra parte, yo le agradeceré que este tipo de cuestiones se las pregunten a los representantes de mi partido, porque pienso que al presidente de la Generalitat no le corresponde pronunciarse sobre ellas.

P. En España empiezan a oirse voces que se preguntan sobre si el ingreso en las Comunidades Europeas no se está planteando a un precio demasiado alto. ¿Qué opina de este precio, puesto de manifiesto, por ejemplo, por situaciones como la de Sagunto hace pocas semanas?

R. Yo soy plenamente partidario de que permanezcamos anclados en Europa. Sobre las negociaciones, creo que sería muy positivo que durante el primer semestre de 1984 se concluyera el acuerdo de principio. Después, deberíamos disponer de un período lo más largo posible, de cinco a siete años, para ir discutiendo los aspectos concretos de la incorporación. Y para irnos preparando. Admito que si se efectuara un ingreso precipitado podría tener consecuencias negativas para algunos sectores.

P. Usted ha defendido los presupuestos presentados por su gobierno como un instrumento de carácter progresista. Sin embargo, la oposición ha señalado que en ellos hay algunos signos que demuestran con claridad su carácter conservador. Como, por ejemplo, el descenso de las inversiones en materia de enseñanza.

R. Lo dicen, es cierto, pero no es así. Mire, en cuatro años nosotros habremos creado 125.000 plazas escolares de titularidad pública, que vienen a ser el 20 % de las que existen en Cataluña. Y este año hemos puesto especial atención en aspectos cualitattivos de la enseñanza que no se reflejan en las cifras de inversión, como el incremento del número de maestros en algo más de 1.000 de un año para otro.

Nuestro presupuesto es progresista como lo demuestra el incremento de recursos destinados a la tercera edad, a los minusválidos, a combatir el paro; destinamos 5.000 millones de pesetas a este fin, divididas en dos grandes partidas casi iguales: una, dedicada a ayudar a los trabajadores no subsidiados y al empleo comunitario y la otra a ayudar a empresas en crisis, pero viables.

P. ¿Porqué su gobierno ha esperado al último año de su mandato para elaborar un plan económico a cuatro años?

R. Hasta ahora no se habían dado las condiciones generales que lo hacían posible. Una -de ellas es que no disponíamos de competencias suficientes para poder elaborarlo y después ejecutarlo. La otra es la existencia de un plan general elaborado por el Gobierno central. Sin nuestro propio plan no podríamos siquiera asumir el que se confeccionará en Madrid.

'No hay decisión sobre la fecha de las elecciones'

P. ¿Puede confirmar la fecha del 29 de abril próximo como la elegida para celebrar las próximas elecciones autonómicas?

R. No; no he tomado todavía ninguna decisión definitiva sobre este asunto. He de acabar de estudiarlo.

P. Portavoces destacados de su partido han dicho que Jordi Pujol sería su candidato en las próximas elecciones autonómicas, pero usted no se ha pronunciado públicamente al respecto. ¿Tiene ya decidido presentarse a la reelección?

R. Sí.

P. En algunos medios políticos se especula con la posibilidad de que usted pueda verse obligado a no optar a la reelección, principalmente a causa de las acciones de desgaste a que pueda ser sometida su imagen pública. ¿Ha sopesado esta eventualidad.

R. No creo que haya nada que me haga cambiar de criterio. Aunque no dudo que la oposición hará lo indecible para producir este desgaste. Saben que de lo contrario les ganaremos.

P. En el debate de su investidura como presidente de la Generalitat usted adquirió, a instancias de uno de los partidos que le votaron, el compromiso político de promover la reforma del estatuto de autonomía, antes de que finalice la legislatura presente. ¿Va a cumplir su compromiso? ¿Hasta dónde piensa llevar la propuesta de reforma?

R. Procuro cumplir siempre mis compromisos y, por otra parte, creo que el Estatut debe mejorar. Para pronunciarme sobre esta cuestión, no obstante, prefiero conocer la sentencia sobre la LOAPA, porque según cual sea ésta, el tema de la reforma del Estatut podría plantearse de forma distinta.

'La debilidad del Gobierno minoritario'

P. Vista la experiencia de la legislatura presente, en la que su Gobierno ha estado en minoría en el Parlament, ¿estaría dispuesto a formar un gabinete de las mismas características o volvería a presentar a los socialistas la oferta de gobierno de coalición que éstos rechazaron hace tres años y medio? Y, en el caso de que fueran los socialistas quienes obtuvieran una mayoría relativa pero insuficiente, ¿estaría dispuesto a gobernar con ellos en posición de segunda fuerza?

R. Cuando llegue el momento ya diremos lo que tengamos que decir sobre estos particulares. Ahora deseo significarle que la reciente aprobación del presupuesto de nuestro Gobierno, en sólo dos meses y por una mayoría muy confortable, pone de manifiesto algo muy importante: nuestra capacidad técnica y política para llevar a la práctica nuestro propio programa.

Este es un mentís muy claro y rotundo a quienes hablan de la debilidad de nuestro Gobierno en el Parlament. Esta capacidad ha sido aplicada durante los tres años y medio que llevamos de legislatura y, en el momento en que se podría suponer que la oposición debería recoger los frutos de su acción de desgaste, ha ocurrido justamente lo contrario: hemos aprobado nuestro presupuesto con una mayoría cómoda, confortable.