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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

`Pasa conitigo, Cavaradossi´

Tosca, de Puccini, por la compañía línea de ópera Villa de MadridDirección escénica: Andrés Novo. Dirección Musical: Luis Izquierdo.

Cuartel del Conde Duque, Madrid, 31 de julio de 1983.

Pasa contigo, Cavaradossi, hombre.

Esta frase salutatoria, voceada por un paisano a su amiguete en la larguísima y ordenada cola que los madrileños han hecho para entrar al Cuartel del Conde Duque a escuchar ópera, describe mejor que cualquier parrafada el ambiente en que se han desarrollado estas reptesentaciones a cuya clausura nos referimos hoy.

La segunda y última representación de Tosca ha tenido lugar el domingo por la noche y con horario tardío que no se compagina bien con el madrugón del lunes. También dicen que quedamos pocos en Madrid. A pesar de todo, sin llegar a las apreturas de la noche anterior -en la que hubo que improvisar sillas de urgencia para algún ilustré e inesperado espéctador-, más de un millar de personas aportaron el más contundente argumento en favor de la continuidad y proliferación de convocatorias populares de este tipo.

Con respecto a la representación de Rigoletto, comentada en estas columnas, el montaje mejoró: se sacó más partido a las luces y se abreviaron los intermedios. Bajo la dirección atenta, aunque un tanto lineal, del maestro Izquierdo, la orquesta volvió a sonar empastada, y sólo tuvo un notorio bache de calidad en las cuerdas, al principio del acto tercero. Cantó bien el coro, preparado por Juan Hurtado, e hicieron muy dignamente los papeles breves Julio Pardo, Mario Ferrer, Jacinto de Antonio, Rodolfo Salinas y Alicia Barrenechea.

En cuanto a los protagonistas, María Coronado encarnó con solvencia a Gloria Tosca, mejor vocalmente que en el aspecto escénico; su Vissi darte fue el momento más ovacionado de la noche. Antonio Lagar, buen conocedor del papel de Scarpia, parece estar en él más cómodo que en Rigoletto y, aunque con problemas vocales, dio intención cantable y dramática a su personaje. Angelo Bianchi, sin conseguir arrebatar al público en sus dos gloriosos momentos del primer y tercer acto, compuso con suficiencia vocal su Cavaradossi.

En la primera representación de Tosca, Cavaradossi y Scarpia habían sido encarnados por Evelio Estévez y Enric Serra.

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