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UGT y CC OO ofrecen resultados totalmente dispares del referéndum en la banca privada

Un 52,91% de los trabajadores de la banca votaron sí al referéndum sobre el acuerdo de jornada partida, según fuentes de CC OO. La participación, según este sindicato, se eleva al 66,78%, una vez descontados los ausentes por vacaciones y enfermedad que suponen un 20,37% del censo. Los datos corresponden a 145.859 trabajadores, que suponen un 89,9% del censo total de 162.232 personas. Para CC OO, la principal lectura del referéndum es la victoria de la participación y que el tema de la jornada partida ha dejado de ser algo innegociable. UGT, que propugnó la abstención, considera la consulta como un fracaso, ya que el número de votos afirmativos es inferior al 30% del censo total.

A falta de resultados definitivos, los muestreos practicados por la Asociación Española de Banca Privada (AEB) ofrecen una ventaja de "cuatro o cinco puntos a favor del ". Los resultados oficiales tardarán 12 días en conocerse, una vez sean remitidas las actas notariales que certifican los resultados de cada urna.Con casi el 90% de votos escrutados, el censo efectivo que en cálculos de CC OO corresponde a este porcentaje es de 116.148 trabajadores. De éstos, votaron 77.565 (66,78%). Los votos afirmativos son 41.039 (52,91%), frente a 34.959 (45,05%) noes. En Galicia y País Vasco votaron respectivamente a favor un 51,25% y un 63,38% de los votantes. En Madrid, siempre según CC OO -la única central que ha proporcionado datos-, la participación es inferior a la mitad del censo y el no ha obtenido más votos. "Ello se debe, según José Manuel de la Parra, "a la fuerte abstención registrada en el Banco Hispano Americano", el feudo de Justo Fernández. Sin embargo, en Barcelona y Valencia las proyecciones son que el resultado es favorable.

La abstención técnica, deducida por CC OO del total de trabajadores, es contestada por el secretario general de UGT-Banca, que lo considera una manipulación cuando estaba establecido el voto por correo. Éste ha ascendido, según CC OO, al 1% sobre el total de ausentes. La abstención registrada en las elecciones sindicales fue del 30%.

Esfuerzo inútil

Sea cual sea el resultado definitivo, el referéndum va a quedar como un esfuerzo inútil, que no va a permitir superar las dificultades de la negociación colectiva de este año y que profundizará las divisiones entre los dos sindicatos con mayor implantación en el sector (CC OO y UGT), porque las posturas de cada una de las partes son irreductibles. Los dirigentes de ambas centrales reconocen que la unidad de acción, la posibilidad de suscribir una plataforma reivindicativa común para el próximo convenio "va a ser muy difícil".Lo que comenzó siendo una revisión salarial complicada se convirtió, de hecho, en una negociación de convenio conflictiva, por la insistencia de la AEB de introducir la jornada partida y la movilidad geográfica y funcional. Para la patronal bancaria, que en el Acuerdo Interconfederal defendió una banda salarial más reducida que el 9,5%-12,5% aprobado, se trata de una necesidad perentoria para reestructurar el sector y acompasar la plantilla con la introducción extensiva de los sistemas informáticos. Su postura se reduce a que todos los incrementos por encima, de las bandas mínimas fijadas deben ir en proporción a la división de jornada y a las movilidades. "Temas", según fuentes de la patronal, "que encontraron gran receptividad en la ejecutiva de la UGT y en el propio Gobierno".

Un conflicto aplazado

La postura inamovible de Justo Fernández, secretario general de UGT-Banca y que tras el congreso de la central socialista ha reforzado su postura como portavoz de un sector crítico en formación, dio al traste con un acuerdo que tuviera eficacia general. El hecho de que las relaciones entre las ejecutivas de los dos sindicatos mayoritarios se encuentren en su peor momento ha contribuido a polarizar aún más el conflicto.La Federación Independiente de Trabajadores del Crédito (FITC), cuyos dirigentes esgrimen como principal bagaje sindical el haber firmado la jornada continuada en tiempos del sindicato vertical, se alineó a las posturas de UGT y acabó con las esperanzas de que el acuerdo fuera asumido mayoritariamente para tener eficacia general.

Después de cinco meses de conflicto y dos tramos de huelga mayoritariamente secundada, las negociaciones se hallan en un callejón sin salida y sus efectos van a ser reproducidos en el próximo convenio. Con excepción de CC OO, los otros sindicatos no quieren, de momento, oír hablar de jornada partida; la revisión aplicada "a cuenta" por los bancos es el 9,5%, el mínimo de la banda; la mediación -la alternativa planteada a la hora de desconvocar la huelga- no ha prosperado porque la patronal no la acepta e insiste en que es posible negociar en los términos que UGT y la FITC rechazan, y el planteamiento de conflicto colectivo por parte de la central socialista, aunque es un intento de implicar al Gobierno, no parece que vaya a dar soluciones antes de que acabe el año.

UGT y FITC plantearán inmediatamente la aplicación del máximo de 40 horas semanales en la banca. La AEB, que ya ha hecho sus cálculos, argumenta que con retrasar la hora de entrada 10 o 11 minutos es suficiente, y que en ningún caso la reducción se aplicará exclusivamente a los sábados.

Los sindicatos están divididos y eso les coloca en una situación difícil cara al próximo año. Aunque la AEB declara que su postura es firme y que no existen fisuras en el apoyo que les prestan los bancos, fuentes de UGT argumentan que en "un servicio al público no es beneficioso mantener el descontento y en estos momentos la tensión entre los empleados es grande". Además, algunos bancos, como Banesto y Santander, han ofrecido resistencias al acuerdo.

Fuentes de la patronal manifestaron que están preparados para resistir una nueva huelga -posibilidad que no parece factible a corto plazo-, "porque, aunque ocasiona molestias a los clientes, los intereses siguen corriendo". En diciembre, todos, patronal, sindicatos y trabajadores habrán de empezar desde cero.

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