La CEOE, en contra de una adhesión precipitada a la Comunidad Europea

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) teme que el Gobierno firme una rápida integración de España a la CEE por motivos electorales (posible referéndum conjunto sobre OTAN y Mercado Común), y acepte para ello las actuales pretensiones de la Comunidad de un fuerte desarme arancelario español (entre el 40% y el 50% en los primeros 10 meses) para productos industriales y un período de carencia de cuatro a seis años para nuestras exportaciones de frutas y verduras. En estas condiciones, según el responsable de política exterior de la patronal, Antonio Alonso, la CEOE dice no a la integración en la Comunidad Económica Europea.El presidente de CEOE, Carlos Ferrer, trató también ayer, en el marco de una reunión del Ad Hoc Council (organización que reúne a los principales responsables de empresas multinacionales), el tema de la adhesión española a la CEE. Ferrer dijo que "la adhesión puede ser buena, mala, o malísima. Todo depende del período transitorio". Los empresarios españoles, añadió, no temen el reto de la integración en la CEE, siempre que se les garantice un contexto similar al de los empresarios comunitarios.

El presidente de CEOE matizó el conocido "sí, pero" de la patronal a la adhesión española a la CEE. Se refirió a la aceptación sin contrapartidas de la introducción del Impuesto sobre el Valor Añadido, que provocará un fuerte incremento de inflación, a los peligros de un desarme arancelario radical, que agravaría el desequilibrio de la economía española, y a las pretensiones del Mercado Común en torno a nuestras exportaciones agrícolas. Hace falta un período de integración gradual, que la CEOE fija en 10 años.

"Pues bien", afirmó Ferrer, "existe el peligro de que ese período transitorio se estructure de tal forma que la adhesión sea ya no mala, sino pura y simplemente susceptible de poner fuera de juego a la economía española en su conjunto".

Antonio Alonso, por su parte, recordó que la balanza comercial española con la CEE es hoy por hoy la única equilibrada y ligeramente favorable a España. "Si no fuera porque tenemos equilibrada la balanza comercial con la CEE, España sería hoy un país en bancarrota".