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El coste de las tasas académicas de la Universidad se incrementará en un 15,51% el próximo curso

El coste de las tasas académicas se incrementará en un 15,5 %, de acuerdo con el proyecto de real decreto que el ministro de Educación y Ciencia dio a conocer ayer al Consejo de Rectores en la última reunión oficial que este órgano supremo del gobierno de las universidades celebra hasta que entre en vigor la ley de reforma Universitaria, cuyo proyecto terminó de dictaminar también ayer la comisión de Educación del Congreso.

El Consejo, que hasta la entrada en vigor de la nueva ley, funcionará con carácter interino, también acordó la contratación como catedráticos extraordinarios de Manuel Tuñón de Lara y Ulises Mulines, por la Universidad del País vasco, Carlos Castilla del Pino, por la de Córdoba, y Oriol Martorell por la de Barcelona.También fue presentado a los rectores el proyecto de real decreto sobre especialidades médicas, según informó, en conferencia de Prensa Emilio Lamo de Espinosa, director general de Educación Universitaria. Este proyecto, fruto de la colaboración que se viene manteniendo entre los ministerios de Educación y de Sanidad, permitirá garantizar toda la capacidad docente de las camas existentes; regula las especialidades médicas, e instituye la evaluación continuada como forma de acceso al título, lo que significará la desaparición del examen final, que tanto han reivindicado los MIR.

Catedráticos extraordinarios

El real decreto de 3 de agosto de 1979 se propuso incorporar a las universidades españolas a "todas aquellas personas de acreditado saber y prestigio en cualquiera de los campos de la ciencia y del saber que vienen desarrollando una constante y permanente labor, bien en España o bien en el extranjero".

Según esta disposición, la junta de gobierno de cada universidad puede realizar una propuesta para la contratación de catedráticos extraordinarios sin oposición. Esta propuesta pasa a la Secretaría de Estado para Universidades, organismo que la traslada a su vez al Consejo de Rectores, cuya decisión tiene carácter vinculante.

Posteriormente, el principal artífice de esta fórmula, el entonces ministro de Universidades, Luis González Seara, llegaría a calificar de "error" el hecho de que el decreto otorgase a la decisión del Consejo de Rectores dicho carácter.

González Seara explicó en su momento a este periódico que la fórmula pretendía evitar que esta iniciativa se interpretase como una decisión electoralista del partido entonces en el Gobierno. Pensaba que la intervención del Consejo de Rectores permitiría que fuera la universidad española la que, institucionalmente, asumiera la voluntad de reconciliación política que subyacía a esta iniciativa.

Los hechos se encargarían de frustrar este objetivo, pues el 20 de junio de 1980 el Consejo rechazó las propuestas para el nombramiento de catedráticos extraordinarios de Carlos Castilla del Pino, Manuel Sacristán, Miguel Sánchez Mazas, Manuel Castells Oliván y José Vidal Beneyto. En la misma sesión se aprobó admitir a Julián Marías, Camilo José Cela, Juan Marichal, José Peris Lacasa y Manuel Ortega.

Un amplio sector del mundo universitario protestó ruidosamente la decisión de los rectores, a los que se acusó de haber castigado a los candidatos de significación más izquierdista.

Por lo que respecta al profesor Tuñón de Lara, que realizó prácticamente toda su intensa carrera docente en la francesa Universidad de Letras de Pau, su candidatura, propuesta por un grupo de profesores de la Universidad de Baleares, no llegó a superar entonces el trámite de la junta de gobierno de la citada Universidad, es decir, ni siquiera llegó al Consejo de Rectores. El nombramiento de Camilo José Cela se produjo precisamente a propuesta de la Universidad de Baleares.

Algo parecido a lo sucedido con el profesor Tuñón podría haberse producido en esta ocasión con el escritor valenciano Joan Fuster, a quien la Universidad Literaria de Valencia no ha querido proponer, en contra, al parecer de la buena disposición de las autoridades ministeriales.

Por lo que respecta a la cuantía de las tasas, el ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, había anunciado al hacerse cargo del departamento su propósito de mantenerlas dentro de los márgenes del crecimiento del índice del coste de la vida. Si se tiene en cuenta como referencia el crecimiento de este índice durante un año natural, en 1982 éste fue de un 14%, pero tal vez haya de contarse con el hecho de que la subida de las tasas se producirá con efectos del mes de septiembre próximo.

En 1982 el incremento de las tasas fue de un 25%, lo que supuso una subida acumulada del 100% en los últimos cuatro años.

El pago fraccionado, que ahora se institucionaliza, ya se ensayó en el curso pasado, pero las condiciones administrativas que se impusieron lo hacían imposible.

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