La URSS acepta negociar en el marco de la iniciativa española en la Conferencia de Madrid
El jefe de la delegación de la Unión Soviética en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), Anatoly Kovaliov, anunció ayer que su país "está dispuesto a trabajar en el marco de la iniciativa del Gobierno español" para conseguir la "inmediata conclusión" de la reunión de Madrid. El embajador de España, Juan Luis Pan de Soraluce, interpretó esta intervención como un apoyo a la propuesta presentada por Felipe González el pasado 17 de junio.
Las palabras de Anatoly Kovaliov permitieron que Pan de Soraluce manifestase un "moderado optimismo de que hayamos reiniciado el diálogo que nos acerque a un pronto, fructífero y equilibrado final" de la Conferencia de Madrid, que se inició el 11 de noviembre de 1980.La propuesta elaborada por la delegación española en la CSCE y presentada por el presidente del Gobierno, tiene por objeto permitir la rápida clausura de la reunión con la introducción de correcciones mínimas en el proyecto de declaración final elaborado por los países neutrales y no alineados (el documento RM-39 Revisado). La iniciativa española guarda un difícil equilibrio entre las exigencias de la URSS y Estados Unidos, y había recibido ya el apoyo expreso de este último y todos los países de Europa occidental.
Indudablemente, la posición expuesta ayer en el Pleno por la Unión Soviética, aunque ambigua, permitirá acelerar las negociaciones para salvar una Conferencia que se encontraba al borde del fracaso. La postura manifestada por Kovaliov, que recogió las ideas estudiadas esta semana en Moscú por la cumbre del Pacto de Varsovia, supone un cambio notable de la actitud de la URSS, que, hasta ahora, había insistido en que no aceptaría ninguna iniciativa que pretendiese modificar el original proyecto neutral.
Voluntad de acabar
En realidad, la reunión está sólo pendiente, según la opinión de cualificadas fuentes diplomáticas, de que Estados Unidos y la Unión Soviética demuestren con hechos que quieren sinceramente acabar con acuerdo la Conferencia de Madrid, con lo que ello supondría de triunfo para la idea de distensión nacida en Helsinki en 1975.El único obstáculo, más técnico que ideológico, para que se consiga el consenso sobre la propuesta española es la convocatoria de una reunión de expertos sobre contactos humanos (matrimonios mixtos, visados, reunificación de familias, etcétera), que no aparece en el proyecto RM-39 (Revisado), que fue exigida después por el conjunto de los países occidentales y recogida finalmente en la propuesta española.
La URSS parece estar dispuesta a aceptar, según fuentes informadas, la celebración de esa reunión, siempre que su convocatoria no conste expresamente en el documento final de la Conferencia. El embajador norteamericano Max Kampelman manifestó su oposición a esta fórmula.
El Pleno de ayer demostró, en cualquier caso, un súbito interés de la URSS por acabar la Conferencia de Madrid cuanto antes y una buena disposición por parte de Estados Unidos para negociar. Kovaliov dijo que "es necesario ampliar al máximo los esfuerzos para reemprender las negociaciones en un espíritu positivo". Kampelman aseguró que "estudiaremos con cuidado y atención" la posición soviética y anunció que está "dispuesto a trabajar con estas delegaciones (de España y la URSS) y otras".
El embajador norteamericano manifestó por último que "coincidimos con la delegación soviética en que no hay razones para una demora innecesaria (de la clausura ,de la Conferencia)". Pan de Soraluce consideró que el discurso de Kampelman ha sido "el más positivo de cuantos ha pronunciado desde el mes de noviembre".
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