El ministro de Industria confirma el futuro desmantelamiento de las instalaciones de cabecera en la siderúrgica de Sagunto
El ministro de Industria, Carlos Solchaga, confirmó ayer que la cabecera (horno alto) de Sagunto será desmantelada, aunque no fijó la fecha en que se llevaría a cabo, y que la instalación en España de un nuevo tren de bandas en caliente (TBC) es inviable a corto plazo. Tras la última reunión de la comisión de seguimiento de la siderurgia integral, que finalizó ayer sin acuerdo, el próximo Consejo de Ministros aprobará la reconversión siderúrgica por decreto. No parece probable que los sindicatos CC OO y UGT consigan antes firnar las diferencias que han impedido a la citada comisión cumplir sus objetivos.
El ministro de Industria, en unas declaraciones recogidas por Europa Press, confirmó que la cabecera de Sagunto sería desmantelada, aunque esto llevará un tiempo, no tiene plazo fijo, y desaparecerá porque no hay demanda". Señaló que se creará una comisión mixta formada por la Administración central y autoridades locales para la reindustrialización de la zona, "con el fin de que el proceso cause el menor trauma posible y haya un período transitorio de desempleo entre el reajuste de plantillas y la nueva contratación. Con ésto, los saguntinos conseguirán , mucho más que el resto de los parados".En una nota difundida ayer, el Ministerio de Industria da por concluidas las reuniones de la comisión de seguimiento y anuncia que el próximo Consejo de Ministros aprobará un decreto de reconversión siderúrgica, en el que se recogerá lo aportado por la comisión. De acuerdo con la citada nota, se procederá a establecer mejoras en las cabeceras de Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, así como en las acerías de estas dos zonas, y se ampliarán los trenes de bandas en caliente de Ansio y Avilés. Por lo que se refiere a Sagunto, según afirmó el ministro en las citadas declaraciones, se prevén inversiones por valor de 7.000 millones de pesetas para potenciar el tren frío añadiendo el electrocintado.
Fuentes de UGT afirmaron que para el próximo miércoles (día en que se reunirá el Consejo de Ministros) está previsto un encuentro entre CC OO y la central socialista, aunque se estaba intentando adelantar al lunes las conversaciones, en un último esfuerzo para evitar la reconversión por decreto.
Diferencias para un acuerdo
Las diferencias más graves entre los dos sindicatos no son aparentemente tantas, aunque lo suficientemente importantes como para que la comisión agotara el plazo -prorrogado en una hora más- sin alcanzar acuerdos. Todas las partes reunidas en la mesa de negociaciones estaban de acuerdo en que había que modernizar y ampliar los TBC ya existentes, y todos coincidían en que las previsiones futuras de la siderurgia apuntaban hacia la instalación de uno nuevo. Sin embargo, la polémica se establecía a la hora de fijar la fecha para su construcción.Para CC OO, la instalación del nuevo TBC debía iniciarse en 1985. La Administración se negaba a fijar fecha y UGT en una de sus últimas propuestas fijaba los años 1986 y 1987 como inicio de las inversiones, dependiendo del déficit de producción que se registrase.
En la última reunión de la comisión de seguimiento, apurado ya el plazo hasta el máximo, la polémica adquirió una especial dureza entre los dos sindicatos. No se ahorraron ni acusaciones de gubernamentalización hacía UGT ni de defender una determinada opción política dirigida a CC OO. José Luis Corcuera, que por parte de UGT llevó el peso de la negociación, insistió una y otra vez en que "las cuentas no salen. Modernizar y ampliar los TBC ya existentes y construir a la vez uno nuevo es imposible, el superávit de producción que se registraría en ese caso no podría ser absorbida ni por el mercado interior ni exterior".
Corcuera basaba sus argumentaciones en que las previsiones de demanda manejadas por CC OO -a pesar de ser muy altas- demostraban que a partir de 1989 se producía un exceso de 543 toneladas de bobinas que se elevarían a 1.372.000 cuando el tren estuviera en plena capacidad. El error de CC OO, según el dirigente de UGT, estaba en que en sus previsiones no se había considerado el incremento de producción que se originaría con la ampliación y modemización de los viejos TBC. E insistía en que las razones reales que impedían el acuerdo no eran las que se presentaban en la mesa.
Por su parte, CC OO defendía que "UGT ha trucado los números, hay un error de transcripción en un cuadro que trastoca los resultados", y en que el bloqueo de las negociaciones tenía su origen en la negativa de la Administración a fijar fecha para la instalación del nuevo TBC. Para CC OO las inversiones habían de iniciarse antes del final de la legislatura.
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