Reagan no enviará tropas a El Salvador, aunque un presidente "nunca dice nunca"
Con una declaración sobre la recuperación económica, el presidente norteamericano Ronald Reagan, abrió en la madrugada de ayer (hora española) su 181 conferencia de prensa en la Casa Blanca. Pero, al margen de la economía las preguntas de los periodistas giraron en torno a la situación en Centroamérica, Polonia y el miniescándalo de los documentos electorales del presidente Jimmy Carter, filtrados a Reagan antes del debate televisado entre ambos candidatos, en octubre de 1980. El presidente no dijo una sola palabra sobre el desarme a pesar de que unas horas antes había concluido en Moscú la cumbre del Pacto de Varsovia.
La evolución del conflicto en Centroamérica, con la escalada de la presencia militar estadounidense en El Salvador y Honduras, retuvo la atención de la Prensa. ¿Enviará EE UU tropas a El Salvador? "No tenemos intención de enviar tropas", dijo Reagan, "pero", añadió, "los presidentes nunca dicen nunca". Reagan hizo referencia al hundimiento en el puerto de La Habana del buque Maine, en febrero de 1898, que desencadenó la guerra entre España y EE UU. Una analogía capaz de reproducirse de alguna forma (ataque a la Embajada de EE UU en San Salvador) que podría justificar el envío de tropas norteamericanas a Centroamérica. Precisó que Cuba tiene 1.500 instructores en Nicaragua, mientras que EE UU sólo cuenta con 55 en El Salvador.No citó el presidente Reagan la presencia de otros 120 boinas verdes, muchos de ellos ex veteranos de la guerra del Vietnam, que han comenzado la instalación de una base militar en la zona fronteriza entre Honduras y Nicaragua.
Reagan repitió los clásicos conceptos de la política de Washington hacia América Central, expuestos en su discurso ante el Pleno del Congreso del pasado 27 de abril. En relación con la posibilidad de negociaciones entre guerrilla y Gobierno en El Salvador, Reagan recordó que los salvadoreños "cuentan, con una comisión de paz que intenta convencer a los revolucionarios para que discutan cómo pueden aceptar la amnistía y unirse al proceso de elecciones democráticas que pronto tendrá lugar".
En relación con Nicaragua, Reagan dijo que los sandinistas deben volver a los principios que contribuyeron a derrocar a Somoza: "Elecciones libres, derechos humanos y libertad de Prensa".
Sobre Polonia, Reagan confesó no tener "informaciones especiales" de las entrevistas celebradas entre el Papa y el general Wojciech Jaruzelski. Anunció, sin embargo, que Estados Unidos "levantará las sanciones económicas" impuestas en diciembre de 1981, a raíz de la declaración de la ley marcial, si el Gobierno polaco decide reconocer la libertad de los sindicatos.
Al margen de los asuntos clásicos de política exterior y economía, la conferencia de prensa fue un aluvión de preguntas sobre el escándalo político que provoca estos días en Washington el caso de los papeles de Carter. Un pequeño escándalo que algunos comentaristas no dudan en comparar con el célebre Watergate, que acabó con la presidencia de Richard Nixon. Todo comenzó cuando un periodista de la revista Times publicó un libro sobre la última campaña electoral norteamericana, la de 1980, que concluyó con la espectacular victoria de Reagan. Según el periodista, los organizadores de la campaña de Reagan lograron obtener el libro de instrucciones que Carter había preparado para responder a las preguntas de Reagan en el debate electoral televisado, a dos semanas de la elección. Reagan salió muy bien parado del debate, y dos semanas después arrasó en la elección presidencial.
"Nunca tuve conocimiento de la existencia de tales papeles hasta que la Prensa lo ha escrito", dijo Reagan. Comunicó también el envío de decenas de documentos de la campaña electoral al Departamento de Justicia "para que aclare el asunto", explicó Reagan, minimizando el asunto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.