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El ex agente de la CIA Korkala reclama medio millón de pesetas que le estafaron en la cárcel

Un preso de la cárcel de Carabanchel estafó presuntamente medio millón de pesetas a Gregory Korkala, ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, que permaneció en el centro penitenciario cerca de dos años. El director de la prisión, Eusebio Hernández, manifestó ayer que ha denunciado los hechos ante el juez y ha abierto una investigación interna para averiguar lo ocurrido, después de que Korkala reclamara el dinero a través de la embajada de EE UU en Madrid.

Gregory Korkala, extraditado a Estados Unidos el pasado 12 de marzo para que fuera juzgado en aquel país por una supuesta venta delictiva de armas a guerrilleros izquierdistas de El Salvador, recibió, poco antes de salir de España, un talón en dólares, al parecer enviado por sus familiares, por valor de unas 500.000 pesetas, a cobrar en una entidad bancaria multinacional con sucursales en Madrid.Ante su inminente salida de España, Korkala encargó al capellán de la prisión, Pedro Fernández Alejo, que retirara el dinero y se lo entregase a un preso que él señaló. Así lo hizo el sacerdote, quien recogió el importe y lo depositó ante testigos en la caja del centro penitenciario. Sin embargo, cuando el recluso indicado fue a, cobrarlo se encontró con que el dinero había desaparecido. Rodolfo López Encabo, jefe de servicios de la prisión, explicó ayer que al parecer otro preso se apoderó indebidamente del dinero. "Korkala firmó una autorización, con su rúbrica y su huella digital, para que uno de los reclusos cobrara las 500.000 pesetas, y después hizo llegar una copia a la Embajada de Estados Unidos en Madrid. En esa autorización señalaba que el capellán cobraría el dinero en el banco para que luego lo recogiese el interno que él indicaba".

El capellán cobró el dinero en dólares, según la versión del jefe de servicios, y lo depositó en la caja de la prisión. "Recuerdo que yo ordené después que lo cambiaran en pesetas", afirma López Encabo, "porque en caso contrario no puede ser ingresado en la caja. Después llegó un preso con una autorización en la que figuraban dos nombres de reclusos que podían recoger el dinero, uno de ellos el suyo. Me pareció normal porque eran los dos que estaban siempre con Korkala, sus amigos. Le pedí que firmara y que señalase su huella digital.

Tras las comprobaciones necesarias en el departamento de huellas e identificación, se le ingresó el dinero en su hoja de peculio, cumplidos todos los requisitos reglamentarios".

Más tarde López Encabo supo, porque una persona de la embajada se interesó por el asunto, según explicó ayer, que el preso que cobró no estaba autorizado en realidad a hacerlo, y que en la copia del escrito firmado por Korkala que fue enviada a la embajada no figuraba más que un nombre. Junto a él había un espacio suficiente para escribir otro. "Yo no puedo asegurar qué es lo que ha ocurrido, pero si ha habido algún fraude tiene que radicar ahí", aseguró el jefe de servicios de la prisión. El director de la cárcel prefirió, por su parte, no facilitar el nombre de los reclusos implicados "porque el caso está pendiente de la resolución judicial".

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