Desde hace cinco años no se vende ni siquiera un periódico al día por cada 10 españoles
Desde hace cinco años la venta de periódicos en España se ha parado en tres millones de ejemplares diarios, lo que supone que ni siquiera por cada 10 habitantes se está comprando un periódico (exactamente se compra 0,8 diarios por cada 10 españoles). Estos datos, que colocan a España por debajo de los niveles de desarrollo de lectura reconocidos por la UNESCO, y que han sido recogidos en un estudio de lectura de periódicos en España, presentado ayer en la convención anual de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, fueron calificados como preocupantes por los empresarios de prensa. La convención, inaugurada por el ministro de Cultura, Javier Solana, y a la que asisten 80 delegados de casi todos los periódicos españoles, estudió en su primera sesión el papel del editor en la organización actual de la empresa informativa y la renovación de los contenidos del periódico.
Según el estudio, elaborado durante los meses de febrero, marzo y abril de este año por CISE (Centro de Investigaciones Socioeconómicas), en el 27% de los municipios españoles de más de 5.000 habitantes, el segmento de lectores habituales de periódicos es muy minoritario y coincide con personas de nivel de formación muy superior o superior, en situación activa y con una gran capacidad adquisitiva. El lector español de prensa se coloca así a una gran distancia de la masiva audiencia de radio y televisión. Esto plantea una serie de problemas prácticos a los editores, quienes deberán tomar medidas encaminadas a modificar las tendencias de lectura, según recomendaciones de los autores del estudio.El ministro de Cultura señaló en su intervención inaugural que era consciente de que la crisis de la prensa debería resolverse entre la Administración y la empresa privada, "por eso el Gobierno va a ayudar a la reconversión tecnológica y aplicará todos los recursos de que dispone en este campo, aunque sean escasos". Javier Solana anunció que será enviada al Parlamento, "en cuanto sea posible", una ley de ayudas económicas a la prensa, que contemplará ayudas tanto directas como indirectas. También anunció el envío a las Cortes de un texto breve de legislación que suponga una revisión fundamental de la vieja ley de Prensa, y repitió, una vez más, que la Prensa pública dejaría de existir definitivamente el mes de mayo del próximo año.
Recelos ante la ley
Entre los editores de diarios españoles existen recelos ante el contenido de los principios jurídicos no relacionados con las ayudas económicas que sustituirán a la actual ley de Prensa. Los editores no objetan nada si como les ha explicado en privado Solana, el ministro de Cultura, esa ley tan sólo incluye normas sobre el pie de imprenta, la participación de capital extranjero dentro de las empresas periodísticas con el fin de adecuarla a la legislación del Mercado Común, y el derecho de réplica, pero no ven con buenos ojos que se pase de ahí."En su afán de legislar, el Gobierno no debe caer en la tentación de promulgar una ley especial de Prensa ni sobre el acceso a la profesión", dice el secretario de la AEDE, Pedro Crespo de Lara.
Según quedó patente en la primera reunión de los editores españoles que terminarán hoy su convención, los periódicos no sólo se deben enfrentar a la adecuación de los contenidos o del producto a una demanda escasa, sino que también estudian el futuro de estas empresas ante el nuevo reto tecnológico. En este sentido se defendió en la primera sesión que el futuro de la empresa periodística pasa por la transformación en los próximos años de una organización puramente editora de material periódico impreso en una empresa de comunicación multimedia, con la Prensa, la radio y la televisión como ejes fundamentales de esa actividad.
Esta idea fue expresada por Javier Godó, editor de La Vanguardia; Javier Baviano, director gerente de EL PAÍS; José Eladio Amado de Lema, editor de La Voz de Asturias; Alejandro Echevarria, consejero delegado de El Correo Español-El Pueblo Vasco y por Juan Ignacio Jiménez Mesa, director gerente del Diario de Las Palmas.
Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, analizó el concepto de prensa como institución y dijo que uno de los grandes males que puede tener la prensa es sentirse institución porque de esa forma pierde el carácter de denuncia social. Se pronunció a favor de las filtraciones "porque son una de las bases de la actividad informativa, dijo que habría que evitar en lo posible las subvenciones estatales a la prensa porque éstas conllevan un principio de falta de independencia, afirmó que la prensa española no tiene credibilidad porque no tiene transparencia económica y habló de la necesidad de un pacto en el mundo de la información en este país con el fin de que los periodistas sean quienes hagan los periódicos.
El director de La Vanguardia, Luis Foix, defendió el derecho a la diferencia de periódicos y con el fin de no crear una información homogénea, explicó la necesidad de adaptación de los viejos periódicos ante la demanda de una nueva sociedad española y señaló como puntos fundamentales para lograr ser independientes el control de las fuentes, el rigor y la ausencia de manipulación.
Por último Pedro J. Ramírez, director de Diario 16, explicó el sistema que estaba utilizando desde hace tres años el equipo que él dirige para hacer un periódico distinto a otros de difusión nacional ya existentes.
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