Los obispos, preocupados por la espontaneidad de la gente

La "omnímoda libertad de expresión", la "emancipación de las opiniones", la "psicología del cambio" y el "actualismo y la espontaneidad con que hoy le gusta vivir a la gente", son temas que causan honda preocupación a los 66 obispos españoles que participan en la 38ª Conferencia Episcopal que se está celebrando estos días en Madrid, según se desprende del documento informativo entregado ayer a los periodistas por Isaac Montero, prelado encargado de las relaciones con los medios de comunicación. El documento añade que todas estas cosas están "positivamente apoyadas y difundidas desde las mismas fuentes del poder".En una conferencia de Prensa celebrada ayer, Delicado Baeza, uno de los obispos que han participado directamente en las conversaciones mantenidas recientemente con el vicepresidente Alfonso Guerra, y los ministros de Educación y de Justicia, señaló que, en estos momentos, las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno socialista son "afectuosas" a nivel personal, "pero nosotros", dijo, "no pensamos abdicar en todo aquello que consideramos fundamental para los derechos humanos, como puede ser el derecho a la vida de los no nacidos, la libertad de los padres para elegir el tipo de educación que desean para sus hijos y la estabilidad familiar".

Por su parte, Isaac Montero declaró que la discusión sobre el proyecto de ley reguladora del derecho a la educación (LODE) no figura en el orden del día oficial de la Conferencia, pero admitió que " evidentemente será tratado con mucho interés, ya el tema de la educación nos parece fundamental". A la pregunta de hasta qué punto la Conferencia Episcopal se identifica con los planteamientos de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia, cuya presidenta, Carmen Alvear, propuso el pasado sábado realizar una marcha al domicilio del ministro de Educación, para protestar por la LODE, Montero dijo que era ésta una asociación cuyos estatutos los aprueba la Conferencia Episcopal y a cuyos cargos directivos los nombra la Conferencia, pero que tienen "autonomía para actuar, sobre la que no nos pronunciamos".

El resumen entregado a los periodistas sobre la actual situación de la Iglesia presenta un panorama pesimista: "Los graves y numerosos cambios sufridos", dice textualmente, "han disminuido seriamente el relieve y la capacidad de influjo de la Iglesia y de nosotros mismos en la sociedad ( ... ) y los asuntos religiosos tienen el riesgo de llegar a ser socialmente irrelevantes, de quedar reducidos de hecho a las dimensiones de la vida privada, familiar o personal".

Entre las cuestiones que se recogerán en el documento final de la Conferencia, y que será hecho público el próximo sábado, figuran como "posibles", la defensa de la vida y el aborto; la sexualidad y la moralidad públicas, la paz y el desarme, el paro y las responsabilidades políticas de los cristianos. No se menciona la educación, pero Delicado Baeza añadió que era muy probable que también se mencionara debido a "su actualidad". De todas estas cuestiones dijo Baeza que era necesaria "una nueva iluminación para los fieles".