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El tabaco negro subirá a 72 pesetas por cajetilla después del ingreso en la Comunidad Económica Europea

Andrés Ortega

Cuando España ingrese en la CEE, el tabaco negro subirá a 72 pesetas por cajetilla -según estimaciones españolas-, equiparándose con el rubio, según un principio de no discriminación fiscal. El acuerdo a que llegó ayer la sesión de negociación hispano-comunitaria supone cerrar el capítulo de la fiscalidad. El tema de los monopolios de tabacos y petróleos quedó prácticamente concluido a falta del período de adaptación para este último. Desaparecerán en España los de distribución al por mayor, pero no los de producción. Un gran reto tanto para Campsa como para Tabacalera Española.

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Ésta fue la tercera sesión a nivel ministerial bajo la presidencia alemana de la CEE, que expira el 30 de junio, para ser seguida de la griega. Dada la ausencia del ministro español, Fernando Morán, la delegación española estuvo presidida por el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín. La negociación fue larga y dura. Marín aprovechó la ocasión para pedir un estatuto especial para los españoles ya residentes en países de la CEE.En cuestión de fiscalidad del tabaco, España logró los cuatro años que pedía para una aproximación de los sistemas. Con el acuerdo quedó zanjado el tema de la fiscalidad, habiéndose cerrado siete de los 17 capítulos de la negociación.

La apertura hacia dentro y hacia fuera del mercado del tabaco ofrece perspectivas a Tabacalera Española. "En la CEE no saben lo que es el buen tabaco negro. Podríamos barrer", comentó un negociador español. Aunque disminuyera durante los primeros años los ingresos de esa empresa, en cuanto a monopolios -un apartado del capítulo de unión aduanera-, la negociación ha dejado al margen, por el momento, Canarias, Ceuta y Melilla. España había aceptado el 20 de julio de 1982 el principio de la supresión de los de comercialización al menor, como permite la CEE, si bien sin discriminación por razones de nacionalidad. Es decir, los tabacos europeos podrán entrar, las multinacionales europeas del petróleo tendrán derecho a sus gasolineras y una ciudadana de nacionalidad belga podrá optar a un estanco. Si para el monopolio del tabaco España consiguió un período de adaptación de cinco años, no se llegó a un acuerdo sobre este punto para los petróleos. Marín señaló que se podrá conseguir el 15 de julio.

España quería el mismo período de adaptación que para el desarme arancelario; la CEE, cinco años. No hubo acuerdo sobre la cuantía de los contingentes mínímos iniciales ni de los derechos de base de esos productos en el momento de la adhesión. El problema lo plantean las multinacionales petroleras holandesas. En todo caso, la adaptación se hará siguiendo recomendaciones de la Comisión Europea, lo cual permite un margen de maniobra.

En todo caso, el consumidor puede darse por satisfecho. El acuerdo puede -pero no forzosamente- resultar en una "guerra de precios" entre diversas empresas, y España se ha comprometido a reducir el contenido de plomo contaminador en su gasolina hasta el nivel comunitario en un plazo de cuatro años.

El tercer paquete negociador era el de las listas de restricciones frente a países GATT -salvo Japón-, de comercio de Estado y para los productos usados. La CEE ha aceptado aumentar el número de productos a 29, pero Italia se resistió a incluir los zapatos. Se espera un acuerdo sobre este punto mínimo después de las elecciones italianas, con lo que la mitad del capítulo de las relaciones exteriores queda concluido.

Las listas afectan, en porcentaje, a una pequeña parte del comercio español, pero muy importante, tratándose de "sectores sensibles", como la construcción naval o el poliuretano. Faltan, sin embargo, los criterios a aplicar al período de duración y a las modalidades. También se cerró el punto de las relaciones exteriores de productos siderúrgicos. La CEE presentó además una declaración sobre la pesca dura para España y a la que está por contestar en julio.

En una primera discusión sobre los resultados de la cumbre de Stuttgart, los ministros de Asuntos Exteriores decidieron reunirse en una primera sesión el 8 de julio para debatir la reforma de las finanzas de la CEE. Antes del 1 de julio todos los Estados miembros han de someter por escrito a la preisidencia griega de la CEE sus proyectos de calendário, método y objetivos. Según diversas fuentes, ayer quedó claro que la primera ministra británica, Margaret Thatcher, no cobrará su cheque de devolución de su contribuciónú la CEE hasta que no haya un acuerdo sobre el tema de los recursos propios.

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