El Papa habla de solidaridad y de las víctimas de la represión del régimen polaco
Por primera vez desde el comienzo de su segundo viaje oficial a Polonia, Juan Pablo II pronunció ayer en Czestochowa la palabra clave, la que todos estaban esperando: solidaridad. Fue en un contexto no político, pero se interpretó inmediatamente como una referencia al ahora clandestino sindicato del mismo nombre, cuyo máximo dirigente, Lech Walesa, se entrevistará probablemente hoy con el Papa, tras la vía libre obtenida en la entrevista del viernes entre el Pontífice y el general Jaruzelski.Juan Pablo II se dirigía a cientos de miles de jóvenes, procedentes de todo el país, que se habían concentrado en Czestochowa, donde se encuentra el santuario de la Virgen Negra, patrona de Polonia. El Papa habló de que los jóvenes deben vigilar siempre y les recordó que esta vigilancia significa "amor al prójimo, quiere decir, fundamentalmente, solidaridad interhumana", informan nuestros enviados especiales y José Comas.
Y el Papa. polaco continuó: "Quiero dar las gracias ante la Virgen por las pruebas de esta solidaridad que han dado mis conciudadanos en el dificil período de los meses no lejanos. No es fácil enumerar las formas de esta solieitud, de la cual estaban rodeadas las personas detenidas, encarceladas, despedidas de su trabajo y alejadas de sus familias".
Previamente, ante 30.000 personas llegadas de Szczecin,el Papa recordó los sucesos de 1980. "Vuestra presencia", dijo, "tiene la fuerza de un testimonio que ha llenado de estupor al mundo entero, cuando el obrero polaco hizo de su propia persona el objeto de su reivindicación, con el evangelio en la mano y la oración en los labios".
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