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El baloncesto español tendrá 32 jugadores norteamericanos y un nuevo sistema de Liga

Luis Gómez

El baloncesto español quiere ser mayor de edad, dejar de ser un espectáculo para minorías y rentabilizar hasta el máximo el camino abierto por la selección española. Millones de espectadores han estado poseídos de una gran atracción hacia este deporte en el pasado Eurobasket; los clubes tratan de que esa expectación no se limite a la selección y comiencen a llenarse los pabellones. 32 norteamericanos tendrán la responsabilidad principal de dar vida al espectáculo. Al menos 16 juniors estarán listos para coger el relevo. La nueva Liga de baloncesto en Primera División levanta las mayores expectativas que se recuerdan. Su aprobación definitiva depende de que en la asamblea de la Federación Española, a celebrar el sábado, los más genuinos representantes del antiguo régimen no consigan dar el golpe a una reforma ya pactada por los clubes.

Muchas veces el baloncesto español ha experimentado la proliferación de múltiples informaciones y rumores sobre fichajes. Ésta era una circunstancia monopolizada por el fútbol, pero los hechos parecen ir cambiando. Sólo la posibilidad de que 16 clubes de Primera División estén en disposición de contratar a dos jugadores extranjeros, más bien norteamericanos, por equipo ha levantado expectación. En el ánimo de quienes introdujeron la reforma prevista para el próximo campeonato estaba crear una competición en la que el Real Madrid o el Barcelona pudieran seguir siendo campeones, pero a costa de perder vanos encuentros. Dos americanos y algún refuerzo nacional pueden ser un reforzamiento suficiente como para hacer sufrir a los dos grandes. Dos yanquies por club parecen garantía suficiente de que las derrotas por más de 20 puntos van a empezar a pasar a la historia.Todo está preparado para que la asamblea de la Federación Española de Baloncesto dé su bendición oficial a un nuevo sistema de Liga organizado no por la Federación, sino por la Asociación de Clubes. Es decir, la primera experiencia en España de un deporte en el que se consolida la división del deporte profesional y el amateur, la primera experiencia de una Asociación de Clubes que se rige por sí misma, con unos estatutos aprobados, la primera ruptura seria de las funciones que una Federación desarrollaba al estilo del antiguo régimen deportivo. Una experiencia que se adelanta incluso a la política deportiva que propugnaba el partido en el Gobierno y que aún no se ha cumplido a pesar de constituir una promesa de urgente aplicación. 16 equipos en Primera División, 32 norteamericanos en las canchas, 9 jugadores seniors por equipo más la obligatoriedad de, al menos, incluir un junior en cada plantilla y un sistema de competición basado en dos fases y unos play off o eliminatorias a tres encuentros constituyen la base de la reforma. En el fondo, la necesidad de actualizar el baloncesto español y encaminarlo hacia una consolidación económica.

Los clubes, en su mayoría, han pactado las medidas y poca oposición lógica deben encontrar. En la asamblea votan clubes y federaciones regionales, pero estas últimas poca autoridad moral tienen para oponerse a unas medidas que no les afecta. Sólo la Federación Castellana parece mostrarse contraria a las medidas, pero representa escasa fuerza. Para mayor claridad, el propio presidente de la Federación Española se ha mostrado partidario de esta reforma, un caso singular por otra parte, y ha confesiado estar dispuesto a presentar su dimisión si ésta no se aprueba.

Económica y deportivamente, el baloncesto español necesita un esfuerzo especial para alcanzar la mayoría de edad, aquella que comienza cuando los presupuestos de los clubes empiecen a acercarse. a los 100 millones de pesetas, un cifra que no sirve ni para mantener un modesto equipo en Segunda División de fútbol. A excepción de Real Madrid y Barcelona, los clubes más poderosos, los demás sólo están a mitad de camino. En el baloncesto español todavía constituye una desgracia sin consuelo posible el que suba o baje un equipo canario, cuya sola presencia en una división origina espectaculares tensiones en los presupuestos más modestos.

Los bancos apuestan por el baloncesto

Real Madrid y Barcelona rebasan los 100 millones de pesetas en presupuesto. El Real Madrid rozará para la próxima temporada los 120 millones y el Barcelona posiblemente los superará. Los demás luchan denodadamente por alcanzar los 50, cifra que delimita ya un cierto potencial. Pero esta singular desventaja tiene sus razones: sólo Real Madrid y Barcelona dependen de los dos grandes clubes de fútbol, por lo que no sólo pueden permitirse dos altos presupuestos, sino también dos grandes déficit. Todos los demás clubes se debaten en una lucha agónica por soportar déficit.que van de los 2 a los 10 millones, cifras que resultarían ridículas en el fútbol.Sin embargo, parece que las entidades bancarias apuestan decididamente por el baloncesto y son las pioneras en permitir un mayor acercamiento a los grandes. CAI de Zaragoza (50 millones de presupuesto), financiado por la Caja de Ahorros Inmaculada de Zaragoza; Caja de Ronda (40), por la citada entidad con sede en Málaga, y Cajamadrid (40), totalmente financiado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, son tres de los cuatro equipos que van para grandes, junto con OAR Fondomar (46), un conjunto gallego que supone un caso aislado en el baloncesto español. En una tercera vía se encuentran clubes como Joventut (36), Cotonificio (34), Valladolid y Areslux (32), con ambición, para luego llegar a una vía más modesta, compuesta por equipos como Estudiantes (31) -financiado en casi un 50% por la Caja Postal-, Basconia, Manresa, Hospitalet y Canarias. Que los bancos se introduzcan en el baloncesto parece un buen indicio -"huelen negocio", como manifestó un directivo-; que lo hagan las marcas comerciales, parece depender en mayor medida de la aparición de una desgravación fiscal, ya negociada pero de lento procedimiento.

En cualquier caso, la temporada que se avecina constituye un amplio campo de pruebas que puede resultar decisivo. Ya en estos días comienza la negociación con RTVE; la presencia de 32 americanos en las canchas y la experiencia del pasado Eurobasket comenzará a pesar en las reuniones previas. El baloncesto, de momento, sabe que necesita las cámaras de televisión, aunque sea gratis, para enjugar déficit, pero sus directivos no olvidan los millones de telespectadores que las encuestas de audiencia denunciaron durante el Eurobasket y, sobre todo, la espectacularidad e intensidad que ofrece este deporte jugado a un alto nivel de igualdad.

Llenar los pabellones

Pero todo el andamiaje publicitario y televisivo puede resultar inútil si los pabellones siguen acusando el mal del cemento en sus tribunas. Los clubes lucharán esta nueva temporada por aumentar su número de socios, que alcanza proporciones en algunos casos ridículas.Salvo Real Madrid y Barcelona, que se amparan para todo en la sección de fútbol, y que, en todo caso, sólo están acostumbrados al lleno cuando se enfrentan entre sí o juegan grandes encuentros de competición europea, en el resto de la Primera División hay casos para todos los gustos. El más notable es. el del OAR Fondomar, equipo gallego que alcanza los 3.600 socios y emprende una campaña para llegar a los 4.000, techo con el que cubriría ya todo el aforo del pabellón en condiciones normales. Un club de solera como el Estudiantes sólo cuenta con 100 socios, pero uno de los potentes como el Cajamadrid sólo ofrece condiciones especiales a los trabajadores de la Caja de Ahorros. La mayoría de clubes luchan también por alcanzar un arraigo en la población local, a imagen de la identificación que se crea en el fútbol. Por ello, el Cajamadrid, por ejemplo, ha trasladado su cancha a Alcalá de Henares, la población del cinturón industrial de Madrid que mejor trabaja el baloncesto.

El resto de cifras de socios son muy modestas. Sólo el Caja de Ronda ha emprendido una campaña para llegar en Málaga a los 4.000. Los más afortunados, CAI de Zaragoza o Joventut, pasan de los 1.000. El resto intenta acercarse como puede a esa cifra, que representa un escaso patrimonio. Sin embargo, y en términos generales, todos los clubes siguen dependiendo de rifas, sorteos, verbenas y demás procedimientos al estilo paso del ecuador para igualar algunas cuentas presupuestarias. Todos, sin embargo, creen que el cambio puede venir de la mano de los Davis, Cornelius, McKoy, Slab Jones, Jordan y compañía que han de venir.

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