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El enviado de la Casa Blanca considera que las propuestas de diálogo de la guerrilla salvadoreña son mera propaganda

El enviado especial de las Casa Blanca a Centroamérica, Richard Stone, acusó ayer a la guerrilla salvadoreña, al término de su gira de 12 días por la región, de hacer sólo propaganda cuando propone públicamente negociar una solución pacífica para ese país. La Administración Reagan se mueve con aparentes contradicciones entre favorecer un diálogo entre oposición y Gobierno en El Salvador, alentado por Richard Stone, pero, al mismo tiempo, refuerza la presencia militar en la zona, con la instalación de la nueva base militar en Puerto Castilla (Honduras), a, donde ya han llegado los primeros 120 consejeros militares estadounidenses.

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En tal sentido el enviado especial del presidente Reagan, lamentó que los miembros de la guerrilla dieran publicidad en México, a los contactos secretos en pro de una solución negociada. "Este deseo de propaganda puede arruinar los esfuerzos de paz", dijo a su llegada a Washington, al concluir su gira por El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Colombia, Venezuela, Honduras, Belize y México.Stone valoró el esfuerzo realiza do por los países latinoamericanos del grupo de Contadora (Panamá, Colombia, Venezuela y México) como la única vía posible para un arreglo pacífico en la región. El diplomático norteamericano, que in formará al presidente Reagan y al secretario de Estado, George Shultz, de los resultados de su gira, utilizó un lenguaje más moderado que el empleado normalmente por la Administración del presidente. Reagan.

Presiones del Congreso

Alberto Arene, representante en Estados Unidos de la comisión política-diplomática del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-Frente Democrático Revolucionario (FMLN-FDR), declaró que la aparente contradicción en que se encuentra inmersa la Administración Reagan "responde a la dificultad que ésta encuentra, tanto en el Congreso como ante la opinión pública, para llevar a cabo su política en Centroamérica".

Washington prepara con atención la entrevista entre Reagan y e presidente salvadoreño, Alvaro Magaña, que llega hoy en visita oficial a Estados Unidos. El encuentra estará dedicado a estudiar la posibilidad de organizar elecciones en El Salvador antes de fin de año y la viabilidad de iniciar negociaciones entre Gobierno y oposición en ese país.

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Para la oposición salvadoreña, las posibilidades de una negociación no están arruinadas. "La Administración está considerando la propuesta", añade Arene, "para una negociación que debería realizarse en Estados Unidos, con presencia de un representante del Congreso". El FMLN-FDR quiere incluir a Estados Unidos en el proceso negociador, por estar la Administración Reagan directamente implicada en los acontecimientos en El Salvador.

Al término de la misión de Stone por Latinoamérica, y junto con el esbozo de negociaciones Gobierno-oposición en El Salvador, la Administración Reagan continúa su programa de refuerzo de la presencia militar estadounidense en Centroamérica. "Porque tenemos la responsabilidad de defender el territorio continental de Estados Unidos", afirma Caspar Weinberger, secretario de Defensa de EE UU.

Weinberger rechaza la tesis de que la llegada de 120 boinas verdes a Honduras, junto a la recuperación de una antigua base militar estadounidense en la zona del Caribe, tenga como objetivo derrocar al Gobierno de Nicaragua. El secretario de Defensa sostiene la versión oficial de que "sólo se trata de cortar el flujo de armas para la guerrilla en El Salvador".

Sin embargo, la Prensa norteamericana informa que la guerrilla antisandinista, apoyada por Estados Unidos a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), tiene cada vez mayor presencia en territorio de Nicaragua.

Oficialmente los 120 boinas verdes destinados a Honduras deben entrenar a miembros del Ejército de El Salvador, en técnicas antiguerrilla.

Una base para apoyar actividades antisandinistas

Pero, la localización geográfica de la nueva base de Puerto Castilla, en la costa caribeña de Honduras, parece más idónea para realizar actividades de apoyo a la guerrilla antisandinista que para entrenar a soldados del Ejército salvadoreño, qué cuenta ya con 55 consejeros militares estadounidenses en el interior mismo de El Salvador.

En definitiva, la Administración Reagan propone negociaciones, por un lado, mientras potencia su presencia militar en Centroamérica.

En El Salvador, la emisora de la guerrilla, Radio Venceremos, informó ayer que sus fuerzas habían ocasionado 657 bajas al Ejército salvadoreño, capturado 128 soldados, recuperado 222 armas y destruido importantes obras durante las tres últimas semanas dentro de la actual campaña denominada: Ante la agresión de Reagan, El Salvador vencerá. Estas noticias coinciden en el tiempo con la publicación de un informe por el Pentágono en el que se da cuenta que sólo el 15% de los soldados salvadoreños entrenados hace dos años por instructores en Estados Unidos se ha reenganchado.

Las razones de este bajo realistamiento de unos hombres especialmente entrenados, de los que en Estados Unidos se destaca su capacidad de lucha y alta moral, estriban en los bajos sueldos -25 dólares al mes (unas 3.500 pesetas)- y el alto número de víctimas que se producen en combate al estar destinados a las primeras líneas de la lucha contra los grupos guerrilleros. Entre los oficiales del Ejército salvadoreño, según el informe que recoge el diario The Washington Post, también es elevado el número de los que renuncian a la carrera militar.

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