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Acuerdo en las bases de negociación en las conversaciones sobre gas con Argelia

La última ronda de negociaciones entre Madrid y Argel sobre el suministro de gas natural argelino a España, mantenida el pasado viernes y sábado en la capital del país magrebí, ha permitido desbloquear dichas conversaciones con la llegada a un acuerdo sobre la metodología de cálculo común, que, muy posiblemente, permitirá firmar un nuevo compromiso de venta de gas natural de Argelia a España en fecha próxima.

Aunque el desenlace final de estas negociaciones parece depender más de las fiestas árabes (el mes de Ramadán comenzó el pasado domingo) y de las vacaciones estivales en ambos países, representantes españoles en las conversaciones han mostrado un optimismo inusitado tras la última ronda, lo que contrastaba con la actitud mostrada después de las anteriores tandas negociadoras.La clave de este desbloqueo de la negociación parece ser la nueva propuesta de la parte española, que sugirió en la capital argelina aumentar las cantidades de compra anuales de gas natural si esto permitía llegar a un compromiso en el nuevo precio. Al parecer, la parte española ha propuesto elevar de 15.000 a 25.000 e incluso 30.000 millones de termias (unos 3.000 metros cúbicos) la cantidad anual de gas que España adquiría en Argelia.

El contrato firmado en el año 1974, que regula las compras de gas natural argelino, establece una cantidad anual de 45.000 millones de termias y la obligación española de abonar esta cantidad, incluso si no retira la totalidad. En 1982, España solo adquirió 13.000 millones de termias de gas argelino.

El centro de las negociaciones abiertas con Argelia, a nivel político, se reduce a renegociar este contrato, tanto en las cantidades de compras (que interesa a España) como en el precio pagado por cada BTU (British Termic Unit) de gas natural, cuya modificación al alza interesa a Argel. España deseaba reducir las compras a unas 15.000 millones de termias y mantener un precio competitivo del gas adquirido.

Las autoridades argelinas exigen, a cambio, una compensación por las cantidades no retiradas bajo el argumento que el complimiento del contrato de 1974 le exigió realizar unas inversiones que ahora están resultando ser desproporcionadas.

El acuerdo sobre la metodología de cálculo común, que según aseguraron fuentes fidedignas se alcanzó en la última ronda de negociaciones, permitirá a ambas delegaciones establecer de mutuo acuerdo las comepnsaciones que ambos países deben realizar por la ruptura del contrato de 1974. Es previsible, en este sentido, que España compense a Argelia por el gas no retirado (en función de la claúsula de take o pay), pero no hasta el nivel de 45.000 millones de termias.

Por su lado, España es muy posible que acepte un incremento en el precio del gas concertado, admitiendo así la tesis argelina de que el precio del gas que España adquiere debe ser equitativo con el que otros importadores europeos abonan por sus compras en Argelia. La fórmula del precio del gas sería ahora objeto de la negociación, que todavía se mantiene dura, según afirman fuentes fidedignas.

Está previsto que una delegación argelina llegue a Madrid el próximo 24 de junio con el fin de aportar su respuesta a las últimas propuestas españolas. Es muy posible que la delegación esté presidida por Belkacen Babi, ministro de Petróleo y Petroquímica de Argelia. De llegarse a un rápido desenlace en la citada ronda, no se descarta que se firme algún tipo de compromiso político en dicha ocasión.

Cambio en la política gasística

Fuentes del sector reconocían precisamente ayer que se ha dado un interesante giro en la política gasística que defendía el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga.La firma de un acuerdo con Argelia sobre la base de las cantidades apuntadas (25.000-30.000 millones de termias), que parece inevitable forzará a contemplar el futuro de esta fuente energética con una mentalidad mucho más abierta.

El abrazo de la opción del gas, en la línea de las tesis mantenidas por el partido socialista en su programa político, en detrimentro efectivo de otras fuentes, puede ser más un hecho derivado de concepciones impuestas por la realidad que de una filosofía energética.

De confirmarse dicha tesis, el Gobierno se verá forzado a proseguir con el interrumpido proceso de inversiones en el sector, de tal manera que el gas natural llegue hasta Madrid y se racionalice la distribución secundaria de este hidrocarburo.

Asimismo, los medios gasísticos consultados adelantan que, como consecuencia de esta opción, el Gobierno podría modificar en fecha próxima toda la política de precios y la fiscalidad en la venta y comercialización del gas natural, pese a la fuerte oposición que tradicionalmente ha existido en este asunto.

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