Estallan dos bombas en el oleoducto Bilbao-Valladolid a su paso por Burgos

Dos bombas, colocadas el pasado domingo, último día de la semana de las Fuerzas Armadas, hicieron explosión en sendas válvulas del oleoducto Bilbao-Valladolid, provocando su rotura. Las consecuencias de este atentado, aún sin reivindicar y el primero que se realiza contra un oleoducto, han sido la inutilización de los terrenos colindantes, ya que el gasóleo ha penetrado a bastante profundidad, la contaminación del río Oca y unas pérdidas económicas evaluadas, en principio, en algo menos de cien millones de pesetas. El suministro a los polígonos industriales de la zona no ha quedado interrumpido puesto que CAMPSA dispone de la suficiente reserva en sus factorias provinciales.

Las explosiones se produjeron en los términos municipales de Santa Olalla y Pradanos de Bureva, en la provincia de Burgos. La primera no causó daños de gravedad, aunque la carga, de 5 kilos de goma-2, estaba colocada sobre una tapa del oleoducto. En cambio, la segunda, situada a varios kilómetros -fuentes del Insituto Nacional de Hidrocarburos no facilitaron la distancia exacta que hay entre válvula y válvula por razones de seguridad-, fue colocada en el interior de un depósito vacio adjunto al oleoducto, y los quince kilos de goma 2 con que estaba fabricada hicieron que estallara, provocando vertido de carburante en menos de un kilómetro al alrededor. La salida de gasóleo quedó cortada por la acción automática de un dispositivo de bloqueo.Envío de equipos de emergencia

CAMPSA difundió ayer un comunicado en el que dá cuenta del envío de equipos de emergencia a la zona del siniestro. Estos equipos, junto con las fuerzas de la Guardia Civil, tomaron las medidas de seguridad necesarias para contener el derrame del producto.

"Las pérdidas", continua el comunicado, "no han podido ser evaluadas todavía dada la dificultad que representa calcular el producto filtrado en el terreno, que se ha extendido al río Oca, muy próximo al lugar del siniestro". "CAMPSA espera que se reanude el servicio del oleoducto en ese tramo", concluye, "en un plazo aproximado de 48 horas, y, dadas las existencias en las instalaciones de la compañía, se puede garantizar el servicio normal a consumidores y clientes en toda la zona abastecida por el oleoducto".

El oleoducto Bilbao-Valladolid tiene una extensión de 305 kilómetros y transporta 400 metros cúbicos de gasóleo cada hora. La entrada del fluído se efectua en Bilbao, en unos depósitos que se abastecen de Petronor. Pasa por Rivabellosa (Álava), Burgos, y Palencia, y suministra gasóleo a las tres provincias citadas, además de a Vizcaya y Valladolid. Las empresas que se surten de este oleoducto no se han visto afectadas por las explosiones dado que CAMPSA mantiene almacenada la suficiente cantidad de producto como para hacer frente a estas contingencias, concretamente en las factorías de Palencia, Burgos y Vitoria, y las tres de Bilbao, mas las dos de Valladolid.

La capacidad de trasporte del oleoducto es mayor que la necesaria para abstecer los polígonos industriales de la zona. Por esta razón, los fines de semana se paraliza el trasporte del fluído. El pasado domingo, cuando se produjo el atentado, el oleoducto estaba parado, y el gasóleo derramado corresponde al que queda almacenado cuando deja de fluir. El director de. distribución de CAMPSA, Vicente Capell, señaló ayer a EL PAIS que, en caso de que el gasóleo hubiese estado fluyendo en el momento del atentado, los daños hubieran sido simílares. La cuantía económica de las perdidas se estirpa en algo menos de cien millones, según fuentes de CAMPSA.

Por otra parte, según informa Patxo Unzueta desde Bilbao, ETA Político-militar -es decir, el sector de dicha organización que hace poco más de un año rompió la tregua iniciada en febrero de 1981, y que en adelante fue conocida como ETApm VIII Asamblea- difundió ayer un comunicado en el que anunciaba haber colocado y hecho estallar durante el pasado fin de semana tres artefactos colocados en un paseo público y en las inmediaciones de dos edificios militares de Burgos, coincidiendo con la celebración. en la cabeza de la VI Región Militar, de la Semana de las Fuerzas Armadas.

El comunicado, leído por un portavoz de los octavos a algunos medios informativos del País Vasco, precisa que los artefactos -compuesto cada uno de ellos por 500 gramos de explosivo plástico- estallaron el domingo en el paseo del Espolón (a las 9.30 horas) frente a la brigada de artíficieros, en la calle Vitoria (a las 12.00 horas) y en la parte trasera del edificio del Gobierno Militar, en la plaza de Logroño. El texto transmitido acusa a la policía de "negligencia" en la retirada de los artefactos, actitud que la organización terrorista explica mediante el argumento de que "uno de los objetivos del plan ZEN es generar el miedo directo de la población respecto a los sector-es más combativos". Tal actitud policial "caso de generalizarse podría llevar", según ETApm, "a poner en peligro vidas humanas".