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El presidente del Gobierno anuncia que se reducirá la inflación al 4% al final de la actual legislatura

Pilar Bonet

El índice de inflación en España, calculado en un 12% para este año, bajará al 8% en 1984 para pasar al 6% en 1985 y ser, al término de la actual legislatura, de un 4%, una cifra semejante a la que puede darse en Europa por esas fechas, según manifestó ayer el presidente del Gobierno, Felipe González. Estas previsiones, sin embargo, fueron matizadas por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, quien señaló que el único "objetivo firme" discutido hasta ahora por el Gobierno en el Consejo de Ministros es de un 8% de inflación para el año 1984.

El presidente del Gobierno y el ministro de Economía se expresaban así en un simposio que se celebra a lo largo de ayer y hoy en Madrid dedicado a la nueva política económica española. Este simposio, al que asisten unos 300 representantes de compañías internacionales y nacionales, ha sido organizado por el diario norteamericano con sede en París The Intemational Herald Tribune y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio.Boyer calificó de optimistas las previsiones de inflación dadas por Felipe González, y opinó que los actuales índices inflacionarios en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) han tocado fondo y no se mantendrán tan bajos en el futuro, de producirse la esperada recuperación económica. Una recuperación que González calificó de verosímil.

El presidente del Gobierno, que debía partir pocas horas después hacia Centroamérica, dijo que la lucha antiflacionista debe acompañarse de una política de rentas salariales piara que el excedente empresarial "no sólo se mantenga", sino que se recupere, ya que en muchos casos ha desaparecido el beneficio.

Los resultados de la lucha contra la inflación han sido "alentadores", señaló González, ya que en lo que va de año ésta es un punto inferior a la que había en el mismo período de 1982, de tal forma que el 12% propuesto es un objetivo alcanzable, que incluso podría reducirse, si los empresarios no fueran "excesivamente castigados" por el incremento de las rentas salariales.

El Gobierno ha optado por la política de mantenimiento de salarios, descartando la posibilidad de recurrir a un plan de estabilización clásico, señaló Boyer. Un plan de este tipo que se asemejaría a las medidas adoptadas en Francia o Suecia reduciría el poder adquisitivo de los trabajadores.

El ministro subrayó, sin embargo, que el mantenimiento del poder adquisitivo no debe considerarse un punto de partida para reivindicaciories salariales más extensas. El Gobierno, advirtió, tiene en sus manos la posibilidad de un "reajuste brutal", si se pro duce un desequilibrio.

No a una nueva devaluación

González, que confirmó la com pra de 72 aviones norteamerica nos F-18A para el programa FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque), negó rotundamente que existieran piroyectos de una nueva devaluación de la peseta. Tanto la pasada devaluación de la moneda española en un 8% como el reajuste de los precios energéticos, que en su día se consideraron medidas impopulares, han tenido ya efectos positivos sobre la inflación, dijo González. La divisa española se ha mantenido sin grandes fluctuaciones y ha superado el reajuste de las paridades europeas, según el presidente del Gobierno.

Felipe González hizo un balance de la situación heredada, por su Administración y consideró que esta situación es producto de una década en la que los problemas de la transición política tenían prioridad sobre la crisis económica, que en aquel momento era centro de preocupaciones en otros países industrializados.

El jefe del Ejecutivo español reiteró, al igual que el ministro de Economía, que el margen de maniobra del Gobierno socialista es muy estrecho ante la magnitud de los problemas que le han sido transferidos, tales como un paro del 17%, una inflaición superior al 14%, un déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente del 2,2% del producto interior bruto (PIB) y un déficit del sector público del 6% del PIB.

La política de saneamiento progresivo adoptada por el Gobierno ha de permitir, según González, estabilizar en 1983 el nivel de empleo y contener el déficit público, que está por encima de lo soportable para la economía. El ritmo del crecimiento del paro ha disminuido y el objetivo del crecimiento del empleo se mantiene.

Se mantienen los objetivos de empleo

"Querríamos alcanzar" la cifra de 800.000 nuevos puestos de trabajo, lo que exigirá un incremento del producto interior bruto del 2% en 1984 y del 3% en 1985, dijo el presidente del Gobierno. De momento, la producción industrial presenta una tendencia ligeramente favorable y el comercio exterior ha dado muestras de recuperación durante el mes de marzo.

Por otra parte, el plan cuatrienal de recuperación económica, que el Gobierno proyecta actualmente, debe contar con la solidaridad y la comprensión de los diferentes sectores sociales pero no debe, según subrayaron González y Boyer, reproducir los acuerdos de la Moncloa. Para Boyer, el plan debe servir de ocasión para un amplio debate con todas las fuerzas sociales que aborde las necesarias reformas de las instituciones que funcionan mal, tales como la Seguridad Social, que desborda las posibilidades de mantenimiento por parte del Estado español.

En este contexto, el Gobierno no quiere aumentar la participación del sector público en la economía, sino mantener los límites actuales con la mayor eficacia posible, dijo González. El sector público, señaló, no debe convertirse en un "cementerio de elefantes".

Con el fin de realizar su política de saneamiento, el Gobierno necesita un nivel de ingresos superior al actual, pero no quiere disparar la presión fiscal, por lo que, según explicó el presidente del Gobierno, la política tributaria va a orientarse más contra la defraudación que hacia el incremento de los impuestos.

Boyer manifestó que la economía española tiene un potencial de crecimiento superior a la de los países de su área si se produce la reactivación económica. De permanecer estanicado el comercio mundial, el plan cuatrienal que se prepara en España deberá reflejar una política mucho más dura. Para Boyer, aparte de los parados, nadie ha hecho en España el ejercicio de austeridad que hubiera debido corresponder a las sucesivas crisis de la década de los setenta.

El secretario general de Comercio, Guillermo de la Dehesa, se refirió, por su parte, a la política que el Gobierno pretende llevar a cabo en el sector coinercial español. De la Dehesa rechazó el proteccionismo, ya que "ello podría suponer una nueva causa de entorpecimiento de la salida de la crisis, así como el facilitar una inversión extranjera en Esriaña". En este sentido, reveló que el Gobierno tiene previsto dar mayores faicilidades, incluso administrativas, y que éstas van a ser objeto de una próxima ley que refunda todos los requisitos necesarios.

La CEE también se encuentra incluida en las acciones que va a desarrollar el Gobierno. "No hay que olvidar", señaló el seicretario general de Comericio, "que los países de la Comunidad representan en su conjunto un 50% de las iniportaciones y exportaiciones españolas".

De la Dehesa indicó que la apertura realizada por España en su comercio exterior ha sido espectacular, llegando a ser la tasa de importación del 18% del producto interior bruto y habiéndose duplicado el de la exportación.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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