El toro volatinero

El alcalde Tierno, que recuperó lo que no había dejado de ser suyo con la evidencia de los hechos (como para desanimar a cualquier deuteragonista), antes que con la evidencia casi futbolística de los votos, o goles / marcador, ha extendido una vez más su mano templada sobre el Consistorio. Recordando pasadas guerras púnico / médicas entre socialistas y comunistas, bajo los cristales clementes del patio municipal, ahora ha concedido a los comunistas, según votos, una cuarta Tenencia de Alcaldía, y cierto ejercicio sobre Sanidad, abastos, mercados y consumo, dos juntas de distrito -Moncloa / Fuencarral-, que se tienen ganadas, algunas vocalías y una silla en el Gabinete. Tierno, maestro de ceremonias interiores, sabe que el reparto, siquiera protocolario, del poder, crea sinfonía, y más cuando viene certificado por los votos. Pero hay una derecha municipal y más raleada que espesa, perdedora en la bayoneta calada de las municipales, que ya vuelve a hablar de frentepopulismo a la "hora de la ciudad, hora dudosa, de la tarde vencida, desmayada, cuando la luz del día se hace rosa al fondo de la calle iluminada" (Martín Abril). O sea, Valmoral y así. Mientras Tierno repartía salomónicamente las incómodas sillas estilo español entre rojos, infras y derecha, en la "tarde vencida / desmayada", ya digo, los de Editorial Revolución partían de Gran Vía, 88, con su Antología de la libertad, Carlos Álvarez, Luis Eduardo Aute, José Bergamín (ahora embaulado por el Norte), Ignacio Colombres, Ricardo Carpani, Luis Garcia Montero, Labordeta, Leyva, Lorente, Marcos, Maristany (la tía de mi querido conde de Lavern, apócrifo), Muñoz Lorente, Eduardo Roldán (el gran Roldo goyesco de mi vieja tertulia de Zoska, en Ayala), Sáez, Gordillo, Sastre, Senante, Juan Manuel Serrat y Javier Villán.Javier Solana me invita a cenar con los premios nacionales de Literatura en la Biblioteca Nacional. León Canales, latinoché, se me muere de exilio y de fracaso en el barrio de la Concepción. Ramón Pedregal y su amigo Angel se me mueren del paro y mientras tanto hacen poemas, para morir cantando, como el urogallo (pero sin amor). Y otra vez Tierno, que hablaba de la última novela de Palomares (Affonso). ¿Cuántos Tiernos hay en Madrid, a qué horas, cuántas veces? Le acusan de frentepopulismo, pero él solo es el Frente Popular de la cultura y lo municipal. Los cines de estreno levantaban la hoguera fría de sus refrigeraciones, el gentío casta de la verbena de la Paloma venía, con los primeros calores, al Progreso, trayendo al frente a Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, don Cecilio Rodríguez, tan difunto, abría la. cortesía de sus jardines a los cubanos de Fidel, la esbelta multitud de Modigliani acudía a la Caja de Pensiones, Castellana, 51, Lucio Muñoz, Salvador Jiménez, Unamuno hijo, Amalia Avia, Fernández-Ordóñez, Canogar, toda la pomada en torno al trono con ruedas de Sempere, en el Exterior, y Rosa María Mateo, que me lo dice directamente: "Madrid está como nunca". Nada de Frente Popular. Lo popular tiene hoy mil frentes en Madrid, y hasta una estrella en la frente. Paco / Paloma Segrelles nos convocan, como todos los años, para la última cena de la season. Escribo sobre Felice, la novia de Kafka, a medida que, en el centenario de K., el hombre / fin de siglo deja de ser kafkiano. Hay barquilleros en Rosales, una auditoría que se cierne sobre el trapicheo saldos/ rebajas y un aviso de la OMS contra neocolzas. Es el viejo regeneracionismo puesto al día con un mínimo de arbitrismo / Cellorigo. Mano de Tierno en lo municipal. Mano templada para le, nacional. Hay novias / tulilusión en el templo de Debod. Fraga ha adunado "un siglo de siglas" (Dámaso Alonso) tras de sí, y nadie habló de frentepopulismo. Sólo quienes entienden España como trinchera y, lo popular como demagogia, ven aquí frentepopulismo. El tótem / tabú de la derecha, salió volatinero, ayer, en Ventas.