Melodrama cotidiano

Cordelia Brasil es un melodrama que ha tenido en los últimos años muchas representaciones en América. Es un trío: fundamentalmente, una pareja que se ama-odia y un muchacho queda una especie de contrapunto al continuo conflicto. Cordelia es una oficinista de día, prostituta de noche, que odia sus dos trabajos, con los que se defiende de la rudeza de la vida y con los que mantiene a Leónidas, soñador, ingenuo, mortalmente acobardado por esa misma vida.Rico es un adolescente que entra en escena como cliente de Cordelia y termina siendo parte de la casa; inocente, desocupado. Si alguna moraleja hubiera, estaría sobre todo al final: Leónidas y Rico huyen hacia un cierto imposible, y Cordelia se suicida. Parecería, por consiguiente, que estos inútiles tienen más defensas ante la presión insoportable de la vida que quien quiere defenderse de ella con realismo y con esfuerzo.

Construcción sólida

La obra presentada tiene una construcción sólida: apura el concepto de melodrama y de exageración de los personajes hasta sacarlos del realismo de la situación, hasta desbordarlos; y en ese sentido está hecho el diálogo y la escenografía. Traducida del brasileño al argentino, interpretada en argentino, contribuye al juego de distanciamiento-aproximación pretendido.La interpretación de los actores Susana Campos y Rudy Carrie -que es también el traductor de la obra en cuestión- está sobreactuada: no es un defecto, sino un efecto que corresponde a la exageración, del género, a su necesidad de crear una colisión entre escena y espectador. Hay muy buen oficio en Ios dos y apuran ese oficio hasta llegar a veces a punto de grand guignol.

La idea general de la insoportabilidad de la vida, de la posibilidad de cualquier explosión que ponga punto final a todo, de la violencia de lo cotidiano, está conseguida por todos los medios.