Los Reyes presiden la celebración del IV centenario de la fundación de la universidad de Zaragoza

Los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, presidieron ayer el acto central conmemorativo del cuarto centenario de la fundación de la Universidad de Zaragoza, en el que fueron investidos doctor honoris causa once personalidades de la ciencia y el arte.

Los monarcas estuvieron acompañados por los ministros de Justicia, Educación y Administración Territorial, así como por el presidente de las Cortes españolas. A la solemne sesión académica asistieron unas cuatrocientas personas, entre ellas los rectores de todas las universidades españolas y de algunas extranjeras, representantes de la comunidades autónomas de Aragón, Navarra, La Rioja y Castilla-León, de las que depende el distrito universitario de Zaragoza.Tras la llegada de los Reyes al paraninfo de la universidad, el rector Federico López Mateos declaró constituido el claustro solemne. El secretario general de la universidad dio lectura a continuación de las concesiones del título de doctores honoris causa. de las once personalidades investidas, de quienes sus padrinos, los decanos de las facultades que los propusieron, fueron exponiendo sus elogios y virtudes que les acreditaban merecedores de tal distinción: Pablo Serrano, escultor; Luis Buñuel, cineasta; José Manuel Blecua, lingüista; Ricardo Lozano Blesa, médico; Pedro Laín Entralgo, presidente de la Real Academia de la Lengua, todos ellos aragoneses. Recibieron también el título, Eduardo García de Enterría, jurista; Manuel Tuñón de Lara, historiador; Manuel García Pelayo, presidente del Tribunal Constitucional; Karl Engish jurista alemán; Armín Kaufmann, jurista; y Gerard Trautwein, Catedrático de la Escuela de Veterinaria de Hannover.

Los padrinos entregaron a los doctorados los atributos, el virrete y el libro, y don Juan Carlos les fue imponiendo, uno a uno las medallas doctorales, mientras la escolanía de los infantes del Pilar entonaba cánticos gregorianos. Posteriormente los nuevos doctores pronunciaron discursos agradeciendo la distinción.

El año de la reforma

Las once personalidades investidas ayer pasan a engrosar la lista de los trece doctores honoris causa con que contaba la Universidad de Zaragoza, entre ellos José María Bueno Monreal, José María Escrivá de Balaguer, Benigno Lorenzo Velázquez, André Casieux, Joe Jim Tjio.El acto concluyó con los discursos del rector de la Universidad de Zaragoza, el ministro de Educación y Ciencia y del Rey don Juan Carlos.

El ministro, en su intervención, se refirió a la reforma universitaria emprendida por el Gobierno, indicando que desearía "que el año 1983 fuese recordado como el año en que todos los universitarios iniciamos un proceso de reforma, cuyos objetivos inmediatos son la elevación de la calidad de la enseñanza y de la investigación; la garantía de la igualdad de oportunidades en el acceso a los estudios superiores y la diversificación de nuestros planes de estudios, para que sobre estas nuevas bases se establezcan formas renovadas de relación entre la universidad y la sociedad".

Según el ministro, "el Gobierno va a llevar a cabo la reforma de la universidad, en el contexto de la reforma general de la enseñanza, de la protección de la ciencia y del enriquecimiento y extensión de la cultura".

Don Juan Carlos en su discurso aseguró que "pocas instituciones pueden influir en el futuro de un pueblo más que su universidad". Dirigiéndose a los universitarios dijo "ésta es la grandeza de vuestro servicio y también la medida de vuestra responsabilidad. Ante vosotros, universitarios tenéis ahora no sólo el futuro como quehacer, sino también un presente que os pide de inmediato. conformar la universidad en sintonía con los cambios experimentados por un mundo que ha evolucionado muy deprisa. Quizá la síntesis de esta demanda consista en incitaros a realizar una universidad que pase a ser motor y no rueda de la máquina social, por usar la imagen acuñada por el aragonés insigne, que fue, don Santiago Ramón y Cajal.

Más adelante el Rey dijo: "ciertamente que habréis de mantener en vuestra tarea el nivel ético y crítico; también tendréis que acomodar el nivel docente en extensión y profundidad, y, sobre todo, habréis de aplicaros con particular esfuerzo para lograr en la universidad española una actividad científica decididamente original y creativa".

"Las universidades de los países avanzados son ya centros científicos de primera categoría. En ellos no se investiga por accidente ni por excepción, pues se considera que la creación científica es el modo habitual del ejercicio universitario".

Refiriéndose a la universidad española dijo: "en nuestro caso, habrá que corregir olvidos, retrasos y deficiencias que se pueden calificar de históricas, y empezar a sembrar afanes para dejar de cosechar decepciones.