España debe proceder a un mayor desarme arancelario frente a los miembros de la CEE, según el ministro británico de Comercio

El ministro británico de Comercio, lord Cockfield, estima que España debe proceder a un mayor desarme arancelario frente a sus próximos socios de la Comunidad Económica Europea (CEE), porque las diferencias de tratamiento que existen actualmente en el comercio de productos manufacturados son "inaceptables". El ministro, que intervino en la sesión de clausura de la 96ª asamblea anual de la Cámara de Comercio de España en el Reino Unido, aseguró que su Gobierno apoya "firmemente" el deseo del Gobierno español de adherirse a la CEE dentro de la presente legislatura, "es decir, en 1986, como muy tarde".En el mismo acto intervino el embajador español en Londres, Joaquín Puig de la Bellacasa, para resaltar que las exportaciones británicas a España se han incrementado en los dos últimos años en casi un 25%, mientras que las exportaciones españolas al Reino Unido sólo lo hacían en un 15,7%.

En 1980, el Reino Unido exportó a España por valor de 143.000 millones de pesetas, mientras que en 1982 lo hizo por valor de 191.000 millones. Las importaciones procedentes de España pasaron en las mismas fechas de 173.000 millones a 200.000 millones. La balanza comercial puede considerarse equilibrada, porque es preciso descontar en la cifra de importaciones un 10%, importe aproximado del flete y del seguro, pero la evolución del comercio entre ambos países "no deja de ser inquietante", según Puig de la Bellacasa.

Descenso de las exportaciones tradicionales

Analizando las exportaciones españolas por sectores, se comprueba que algo menos del 30% está constituido por maquinaria y material de transporte, mientras que la alimentación y bebidas suponen sólo un 21 %, lo que quiere decir que ha disminuido, en valores absolutos, cerca de un 9% en dos años. La disminución de las exportaciones tradicionales de España al Reino Unido (fruta, conservas y vino) se debe fundamentalmente, según explicó el embajador español, a la entrada de aquel país en la Comunidad Económica Europea, que supuso una elevación considerable de los aranceles aplicables a los productos españoles. Así, por ejemplo, las naranjas españolas pagan un arancel del 12% en la aduana británica, mientras que, en virtud de acuerdos con la CEE, las israelíes pagan sólo un 8%, y las marroquíes, un 4%. "Esperamos que estas dificultades desaparezcan,y que en 1985 o 1986 España pueda ser miembro de pleno derecho", manifestó Puig de la Bellacasa.

Lord Cockfield, por su parte, señaló que, pese a la recesión económica mundial, el progreso industrial español sigue siendo "sorprendente". "España", dijo, "produce y vende ahora más coches que el Reino Unido, y esa situación se reforzará próximamente con la producción masiva de General Motors en Zaragoza". El ministro británico se felicitó por la reciente decisión del Gobierno español de rebajar la tarifa aduariera sobre coches, que era del 36,9%, frente al 4%. que aplica la CEE a los coches españoles, y se mostró satisfecho por el compromiso de introducir el impuesto sobre el valor añadido (IVA) antes de finales de 1984. El Reino Unido, añadió lord Cockfield, es ahora el tercer mercado en importancia para los productos españoles, detrás del francés y del alemán, y las relaciones entre ambos países pueden desarrollarse aún más si, como parece, la economía mundial comienza a recuperarse.