Marineros de Ecuador denuncian que fueron tratados como esclavos en un barco griego

Siete marineros de Ecuador han denunciado a su llegada a Cádiz su particular odisea, vivida durante cuatro meses, a bordo del buque-tanque de bandera griega Delta. Durante este tiempo han trabajado a destajo, sin cobrar, viviendo en unas condiciones infrahumanas, e incluso, recibiendo malos tratos. Desde ayer esperan ser repatriados a su país natal y cobrar los salarios que se les adeudan por parte del armador griego.

Los tripulantes ecuatorianos, tres engrasadores, tres marineros de cubierta y un electricista, embarcaron en el Delta el día 19 de enero de este año. Desde el puerto de Esmeralda (Ecuador) comenzaron su calvario, recalando en los puertos de Nueva Orleans (Estados Unidos) y Orán (Argelia), donde el barco permaneció durante 48 días por problema de fletes. Hace unas semanas, antes de dirigirse hacia los astilleros de Cádiz para reparar, el buque fondeó para limpiar fondos en Cartagena.Durante todo este tiempo, estos trabajadores no han cobrado sus salarios, estipulados en un contrato leonino, que les obligaron a firmar a bordo, por el cual quedaban ligados al armador griego por espacio de ocho meses, cobrando cada uno unos 200 dólares en total. El resto de la tripulación, once marineros griegos, tiene contratos de seis meses, por los cuales reciben como mínimo 500 dólares.

Auténticos esclavos

La vida y su trabajo a bordo, según han denunciado, era la de unos auténticos esclavos, con trabajos a destajo, malas comidas, insultos y agresiones físicas. El último incidente que tuvieron que soportar ocurrió el pasado día 12, cuando navegaban rumbo a Cádiz, y el jefe de máquinas quiso obligar a uno de los marineros, Antonio Mancero, que llevaba trabajando 16 horas seguidas, a que continuase limpiando tanques por espacio de otras 8 horas. Al negarse fue golpeado e incluso se le amenazó con tirarlo por la borda al mar. Al intentar defenderlo sus compatriotas, los siete fueron encerrados en la sala de máquinas.Los marineros ecuatorianos han manifestado a este periódico que durante los cuatro meses han pasado mucho miedo. Su situación era tan insoportable que, una vez en Cádiz, decidieron abandonar el buque, cosa que hicieron bajo protección de los propios trabajadores del astillero. Su caso ha sido denunciado legalmente por los abogados Juan García Brera y José Luis Rodríguez, quienes han tramitado acciones civiles y penales contra el armador, así como la repatriación de los marineros.