El marino catalán Pere Rubinat puesto en libertad en Italia

El pasado sábado fue puesto en libertad en la cárcel de Civitavecchia en Roma el preso español Pere Rubinat, que se ha beneficiado del derecho de gracia ejercido por el presidente de la República italiana, Sandro Pertini. En su visita a Italia de hace dos años el Rey Juan Carlos había obtenido de Pertini la promesa de gracia a Rubinat, pero su puesta en libertad se había demorado a la espera del visto bueno del Ministerio italiano de Gracia y Justicia.

El marino catalán Pere Rubinat había, dejado malherido, según la acusación, al también marinero, José Tercero, de nacionalidad nicaragüense, en abril de 1972, con ocasión de una riña acaecida en el puerto italiano de Génova, y desde entonces siempre ha afirmado que no se enteró de la muerte de su oponente hasta años más tarde, y que en ningun caso había tenido la intención de causarle la muerte. De la misma forma, aseguraba que había abandonado Italia sin tener conocimiento de que el fallecimiento diera lugar a una actuación judicial contra su persona.

Durante los años que, por razón de su profesión de marino, permaneció ausente de Italia fue juzgado en rebeldía y condenado a una pena de 21 años de cárcel por homicidio voluntario, pero nunca tuvo la oportunidad de defenderse de la acusación que contra él se formulaba. A finales de 1976 fue detenido en Francia por orden de la justicia italiana y extraditado en febrero del año siguiente para ser trasladado a la cárcel de Civitavecchia de la capital romana.

Una vez encarcelado, Rubinat solicitó incesantemente que se revisara su caso sin que obtuviera lo que pretendía de la justicia italiana. Ante ello llevó a cabo una huelga de hambre tras otra, a lo largo de varios años, de las que dos se prolongaron por encima de las tres semanas, con el objeto de llamar la atención de la opinión pública italiana y española.

Gracias a la labor desplegada por el ministerio español de Asuntos Exteriores cerca de la presidencia de la República italiana y la petición personal del Monarca español, se consiguió que el departamento ministerial de Gracia y Justicia redactara un informe favorable a su liberación. El jurista y Defensor del Pueblo español, Joaquín Ruiz Giménez, se había hecho cargo de la defensa de Rubinat y multiplicado también las gestiones para obtener su libertad.