Ocho observadores civiles verificarán sobre el terreno la neutralidad de Costa Rica
La petición costarricense de un cuerpo de paz para vigilar su frontera con Nicaragua ha sido resuelta por el grupo de Contadora, que integran México, Colombia, Venezuela y Panamá, con el nombramiento de ocho observadores civiles (dos por cada país), que examinarán sobre el terreno la neutralidad costarricense y propondrán medidas para garantizarla. Costa Rica ha aceptado ya el envío de la comisión.
Éste ha sido uno de los acuerdos alcanzados por los cancilleres del grupo tras una maratoniana reunión de dos días que finalizó en la capital panameña a las seis de la mañana de ayer (una de la tarde en Madrid). Sólo la perseverancia y la voluntad de mantener abierta la vía del diálogo salvaron del fracaso esta conferencia, en la que por primera vez se han manifestado fuertes disensiones internas.Venezuela era partidaria de seguir al pie de la letra la solicitud costarricense, integrando entre los cuatro Gobiernos de Contadora una fuerza militar conjunta. México rechazó este proyecto por un principio clásico de su política exterior, consistente en no enviar tropas fuera de su territorio en tiempos de paz, lo que su Gobierno aplica a Centroamérica aunque sean varias las guerras no declaradas que se libran en esa región.
La flexibilidad de Costa Rica, que desde un principio aceptó sustituir el cuerpo militar, misión civil, permitió al grupo de Contadora llegar a un consenso sobre esta última fórmula, no sin grandes diferencias. El hecho de que la reunión se prolongase dieciocho horas más de lo previsto es ya un síntoma revelador de que la fuerza de paz se ha incrustado como un caballo de Troya en las deliberaciones de los ministros.
Según el boletín informativo dado a conocer al término de la conferencia, los ocho observadores están capacitados para designar asesores técnicos, elevar consultas y formular recomendaciones con vistas a asegurar la neutralidad de Costa Rica.
Al margen de esta cuestión, los cancilleres han expresado su "profunda preocupación" por los últimos acontecimientos en Centroamérica y por la constante violación de las normas que deben regir las relaciones internacionales.
Por primera vez el grupo se ha dirigido al Consejo de Seguridad de la ONU para que haga cumplir en esta región los siguientes principios: autodeterminación de los pueblos y no intervención, respeto a la integridad territorial de los Estados, prohibición de usar el territorio de un Estado para cometer actos de agresión contra otro y proscripción del uso de la fuerza.
Sesgo nicaragüense
El hecho de que el grupo de Contadora haya decidido plantear sus recomendaciones a la ONU y no a la OEA parece indicar una mayor coincidencia de sus miembros con las tesis nicaragüenses frente a las hondureñas. Aunque no se hace ninguna mención al respecto, es obvio que detrás de esta declaración existe el deseo de que el secretario general de la ONU medie en el conflicto, aunque éste sea un tema que corresponde decidir al Consejo de Seguridad.Los cancilleres acordaron, por último, convocar a sus cinco colegas centroamericanos para una nueva reunión, que tendrá lugar en Panamá del 28 al 30 de mayo. Posteriormente, en Cartagena (Colombia), se celebrará una reunión más amplia, a la que el presidente Belisario Betancur quisiera que asistiesen todos los cancilleres latinoamericanos.
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