El sobrero va a traer cola

Por un sobrero puede arder Troya. La cuestión del sobrero va a traer cola. Medio millón de pesetas (precio de un toro) tiene la culpa. O quizá sea el fuero. La empresa de Las Ventas está dispuesta a que en cada corrida haya sólo un sobrero, caiga quien caiga. Aunque el que caiga sea el toro, no un toro, los seis toros, que todo puede ocurrir. Se ampara en el reglamento porque éste dice que los veterinarios reconocerán "un toro más de los anunciados"; si bien en la misma línea precisa "como mínimo". La afición, que tiene el reglarriento por catecismo, lo conoce mejor que la empresa y que la autoridad. Empresa y autoridad han debido olvidar cómo es la afición de Madrid y cómo se las gasta.Es de razón que empresa, palco, fiesta, no han de estar al capricho del público si por error, o frivolidad, o desmedida exigencia pretende que se devuelva al corral un toro en su edad y trapío, sano, fuerte. Pero es de razón también que un toro cojo, flojo, fofo, chico, tarado, no puede admitirse, haya salido o no el sobrero con anterioridad.

La autoridad gubernativa no puede modificar el reglamento. Si admite la tesis de la empresa se excederá en sus funciones y además habrá cometido la torpeza de legalizar el fraude. De esta manera: sacan en primer lugar an tullido, lo protesta el público, se sustituye por un sobrero tan tullido como el anterior, sacan luego cinco piltrafas más. Y como ya no hay opción a sustituirlos, se lidian por la bravas, con absoluta impunidad.

La empresa de Las Ventas, puesta a inventar, ha inventado la pólvora.