Pujol pide el apoyo de Tarradellas para CiU, ante las elecciones autonómicas de 1984
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pidió el domingo pasado al ex presidente Josep Tarradellas que se uniera a un movimiento de fuerzas nacionalistas, cuyo objetivo sería impedir el ascenso del marxismo en Cataluña. La adhesión del veterano político estaría precedida, según la oferta de Pujol, de un homenaje a su persona, que la Generalitat promovería, junto con instituciones y fuerzas políticas, como reconocimiento de la labor desarrollada por Tarradellas en la recuperación de las instituciones catalanas., "y por sus sacrificios".Fuentes políticas solventes informaron ayer a EL PAÍS del contenido de la entrevista, que se prolongó desde el mediodía del domingo, jornada de la votación, hasta pasadas las dos de la tarde. Las mismas fuentes precisaron que Tarradellas rechazó, con tanta cordialidad como rotundidad, la doble propuesta presidencial. Todos estos extremos fueron confirmados posteriormente en fuentes de la propia Generalitat. Tarradellas, por su parte, a preguntas de este diario, excusó desvelar el contenido de la conversación, "por ser de carácter privado", limitándose a comentar: "El presidente Pujol me telefoneó el sábado por la tarde, anunciándome su interés en hablar conmigo. Le dije que le visitaría el lunes en el Palau de la Generalitat, pero prefirió que nos viéramos en mi domicilio el mismo domingo. Excúseme, pero sólo puedo decir que la conversación giró sobre la situación política en Cataluña y en España".
Según las informaciones recogidas por este periódico, el presidente Pujol se mostró preocupado ya a esas horas del domingo de los resultados que iba a conseguir Convergéncia i Unió, y las demás fuerzas a las que calificó de nacionalistas -como Esquerra-, frente a los del Partit dels Socialistes de Catalunya.
Pujol inició su conversación con la propuesta del homenaje, valorando de forma extraordinariamente positiva el papel de Tarradellas en la recuperación de las instituciones catalanas. En este homenaje que Pujol proponía, Tarradellas debía recibir una alta condecoración de la Generalitat, que Pujol propuso crear exclusivamente para él, ya que la más apreciada, la medalla deoro de la Institución catalana, ha sido concedida a numerosas personalidades.
La oferta del homenaje fue expresada en el contexto de una conversación absolutainente política, en la que Pujol se mostró preocupado por la realidad que se refleja en el mapa político de Cataluña. Habló al veterano ex presidente de su temor de que "los marxistas nos invadan el ParlameriC y, apelando a sus sentimientos políticos -"usted es un nacionalista"-, le pidió que se sumara a un movimiento de fuerzas catalanistas, que Pujol piensa impulsar para contrarrestar el avance socialista.
Tarradellas se negó a aceptar el homenaje y a sumarse a ese frente antisocialista. La cortesía observada por los dos políticos durante toda la entrevista no fue inconveniente para que Tarradellas argumentara que no podía aceptar un reconocimiento especial de la Generalitat, ya que había rechazado el gran collar de Carlos III que en su día le ofreció el rey don Juan Carlos.
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