María Antonia Dans retrata a "mujeres autómas", en su última exposición

La pintora María Antonia Dans expone desde anoche en la Galería Biosca (Génova, 11, Madrid) el resultado de su último trabajo, con el que ha llegado a cultivar un género inédito hasta ahora, el retrato femenino. Tres retratos de mujeres -Rosa Montero, Carmen Martín Gaite y Juby Bustamente- íntimamente relacionadas con el mundo de la cultura y "autónomas, que se valen por sí mismas", como dice la pintora coruñesa", complementan esta muestra de 51 cuadros en los que la artista pretende reflejar su criterio de que "la pintura es ese prodigio inexplicable que ocurre siempre que hay un creador detrás".

El rostro más conocido

María Antonia Dans expuso hace trece años en la misma galería. Desde entonces hizo diez exposiciones en Madrid, otras ciudades de España y América. De su aventura actual, que ha desembocado en el retrato, la pintora decía ayer que quería reflejar los rostros de tres mujeres "que funcionan por sí mismas, que son autónomas, porque yo soy feminista por nacencia, aunque no esté apunta da porque no me lo han pedido".La idea de retratar mujeres partió de una de las retratadas, Carmen Martín Gaite. "Claro, he pintado rostros conocidos. De todos modos, no es la primera vez que pinto rostros; yo siempre he pintado rostros femeninos, pero todas las veces ha sido el rostro de mi hija Rosalía (Rosalía Dans, la actriz), porque ha sido el que he tenido más cerca, el que he tenido más grabada".

Estos primeros retratos le han dado fuerza a María Antonia Dans "para atreverme con los tíos. Me voy a atrever con el rostro masculino porque quiero conocer bien la estructura de las caras de los hombres".

La necesidad de retratar los rostros, dice María Antonia Dans, puede venir del hecho de que a determinada edad -ella afirma que ya ha cumplido los 50 años- "se precisa conocer mejor a los demás para no estar tan solos". En cualquier caso, esta pintora coruñesa, que afirma "haber nacido a la pintura en Madrid, entre periodistas y escritores, y no entre pintores", no abandona los símbolos habituales de su universo estético, que ella misma resume en unos versos de Jose Hierro sobre su pintura: "Una perpetua fiesta, un mundo / recién nacido, una palabra / de amor, un cántico y un sueño / que navega sobre las lágrimas".