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ELECCIONES DEL 8 DE MAYOCuatro años de ayuntamientos democráticos / 20

Los municipios han multiplicado sus presupuestos para el deporte ante su rentabilidad electoral

Luis Gómez

La llegada de los ediles democráticos benefició al deporte, hasta el punto de que se están asentando las bases de lo que puede constituir una deseable revolución deportiva en el país y un consiguiente cambio en las claves de comportarniento de muchos españoles, preferentemente los que residen en grandes núcleos urbanos. Los datos oficiales hablan de un incremento del orden del 455% en los presupuestos dedicados a este sector, pero la rentabilidad política que ofrecen las imágenes de unos polideportivos llenos o una carrera popular cada semana no han escapado a los planificadores de los programas Políticos. Los partidos de izquierda dieron el primer paso, pero la derecha también ha calibrado la potencialidad electoral del deporte.

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El deporte es un factor que induce a la participación y la extensión de su práctica al ciudadano medio. A través del municipio, activará el deseo de éste por integrarse, de otra manera, en su entorno. Son, éstas, consecuencias que ya toman muy en consideración los responsables de algunos municipios, a la vista de los resultados tan espectaculares que suele ofrecer una política dinámica en este terreno. Y, todo ello, sin tener en cuenta los .efectos que sobre la, salud pública origina una ciudadanía más deportiva.Las deficiencias son todavía grandes y el municipio español está muy lejos de igualarse al europeo en porcentaje de instalaciones por 1.000 habitantes. Las comparaciones son odiosas y los desequilibrios entre grandes núcleos urbanos y modestas poblaciones rurales agravan aún más el problema. Pese al esfinerzo, no siempre relacionado con una mayor eficacia, de muchos ayuntarnientos, al deporte le falta no sólo una mayor dotación económica sino también técnica (profesores, monitores, entrenadores e incluso, médicos especializados en medicina del esfuerzo).

Sin embargo, la administración central, es decir el Consejo Superior de Deportes (CSD), no sólo discriminó el reparto de sus presupuestos entre ayuntamientos de UCD y PSOE sino que cometió la osadía de no emplear todo el diriero y dejar sin gastar cerca de 2.000 millones de pesetas, a pesar de las necesidades evidentes.De una forma, solapada, tími,da también, muchos municipios comenzaron a preguntarse el uno al otro qué había que hacer con el deporte. Unos tenían la suerte de contar con algunas instalaciones, otros debían empezar de cero, como es el caso, que roza el escándalo, de Valencia, la tercera ciudad española por número de habitantes, sin ninguna instalación de tipo municipal. De una forma lenta, sin que los diversos municipios tuvieran una idea clara de los objetivos a cumplir en este terreno, los concejales interesados acudieron al Seminario de Municipio y Deporte (Salamanca, Benidorm, Ceuta, Castelldefels), una especie de congreso anual donde era necesario participar para estar informado de lo que se estaba fraguando.

Y, poco a poco, se inició la trarisformacíón (le la actividad deportiva del cludadano español. Las bases se asentarían sobre la creación de institutos, fundaciones o patronatos; es decir, entidades autónomas que gestionaran el deporte municipal. Y por encima de ello, la conciencia de que el deporte es un servicio público cuya competencia, en los niveles de prorrioción, corresponde por ley al ayuntamiento.

Las grandes ciudades montaron sus patronatos, hecho que ya implicaba una mayor dotación económica por el deporte. Los de Málaga, Valladolid y Valencia son, dentro de las ciudades dominadas por el PSOE, los más destacados.Pero, en sí, la existencia de un patronato significaba la dedicación de un esfuerzo exclusivo al deporte, lo que ya era una novedad. Valencia, por ejemplo, aparte de no contar con una sola instalación municipal, tenía un presupuesto para deportes de millón y medio de pesetas, que ni siquiera se empleaba en su totalidad y cuyos fondos iban destinados a algunos trofeos.

Su presupuesto, ahora, rebasará los 250 millones, aún insuficientes, pero que no resisten una comparación con la cifra anterior.Los servicios municipales de deportes

Los municipios, en general los de las grandes ciudades, se vieron ante la obligación de diseñar una política deportiva, a la vista de una dotación presupuestaria importante. Era también un hito inesperado. Y así, de la intercomunicación entre ellos, surgieron las claves de lo que ya empieza a ser el servicio municipal de deportes.

Esto supone la constitución de una fundación o patronato, creación de escuelas deportivas para que el ciudadano pueda aprender la práctica de cualquier deporte; organización de los Juegos Municipales, es decir, un marco donde el ciudadano pueda competir, asociarse libremente con sus vecinos y participar, sin limitación de edad; por último, y este es un aspecto no muy desarrollado aún, la creación de consejos municipales de deportes, organizados por distritos y en los que queden integrados los clubes, deportistas, asociaciones de vecinos y otras entidades como escuelas o empresas, para colaborar en la gestión de las instalaciones deportivas que estén situadas en las cercanías.

Todo lo anterior tiene una limitación en los casos de Cataluña y el País Vasco, donde el deporte a nivel municipal ha tenido otra configuración desde hace años y otro nivel de importancia. Ambas nacionalidades pasan por ser las que más dedicación han aportado al deporte de promoción.

El caso catalán y el vasco guardan, aderrilis, cierta similitud por tener, en ambos casos, gran importancia la implantación de clubes privados que aseguran uncierto nivel de acceso ciudadano al deporte. En el caso catalán, por ejemplo, la existencia de clubes privados no ha ¡do de la mano con el exclusivismo, ya que el ciudadano medio tenía acceso a este tipo de clubes.Málaga, un ejemplo positivo

Ello ha significado la existencia de un nivel público y otro privado en la promoción deportiva, el nacimiento de convenios en algunos casos y ciertos enfrentamientos en otros.

En Andalucía, por el contrario, la escasez (le instalaciones ha sido la tónica dominante en la herencia recibida por los ayuntamientos democráticos, aunque la opinión generalizada es que se han preocupado en los últimos cuatro años más del deporte que sus predecesores. El PSOE dominaba en las principales capitales, salvo en Sevilla, donde trabajó Juan Manuel Martínez Corro, del PSA, y Córdoba, del PCE.

El caso más destacado, según informa Miguel Gallardo, es el de Málaga. La creación del Patronato Municipal de Deportes, del que era director gerente el ahora director general de deportes de la Junta de Andalucía, Antonio Merino, ha tenido mucho que ver en el crecimiento del deporte local.

Principalmente, Merino ha sabido alternar el esfuerzo por una promoción popular con el apoyo a los equipos que representaban a la localidad en el marco del deporte espectáculo o de alto nivel.

Así, Málaga está a la cabeza de Andalucía con tres equipos en las primeras divisiones nacionales, el Caja de Ronda de Baloncesto, el Voleibol Málaga y el Balonmano Málaga.

Esta fundación ha potenciado las actividades en el ámbito escolar y en el área. de participación ciudadana, llegando a tener 1.400 personas trabajando de forma estable en centros de enseñanza deportiva especializada, que movilizaron a unos 30.000 deportistas, también de forma estable.La fundación ha hecho del deporte de base y de la iniciación al deporte una competencia específica del ayuntamiento, a la vez que ha colaborado muy estrechamente con la Asociación de Padres de Alumnos. La filosofia del Ayuntamiento de Málaga, cuyos concejales de deportes en estos cuatro años fueron los socialistas Salvador Domínguez Martín y Francisco Flores Lara, es hacer del deporte una oferta al ciudadano. Se ha logrado con ello un nivel de participación muy alto.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sevilla, con Juan Ramírez Corro, del PSA, inauguró unas 50 instalaciones básicas en los barnos, que gestionan las asociaciones de vecinos, y en las que se han desarrollado los Juegos Deportivos de Otoño, que en casi todas las modalidades ha conjugado bien el deporte de participación con el deporte espectáculo, organizando torneos de interés.También ha fomentado la formación y práctica de los deportes, prioritariamente entre los niños, y ha impulsado la formación de monitores deportivos, organizando competiciones en colaboración con las federaciones. Su único fallo es no haber sabido solucionar, en este tiempo, la falta de una gran instalación deportiva con capacidad para más de 500 espectadores -que es la mayor que tiene Sevilla- y que impide organizar acontecimientos de interés.

Hace unos días se aprobó, en el Pleno, la creación de un palacio de deportes, con una inversión superior a los 500 millones de pesetas, pero habrá que ver si no se queda en mero proyectb, como se quedó en veces anteriores.

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