Los socialistas y la 'doble decisión'
El presidente del Gobierno, Felipe González, eligió ayer el significativo marco de la República Federal de Alemania, para efectuar por primera vez un pronunciamiento claro sobre la más polémica, en estos momentos, de las decisiones armamentistas de la Alianza Atlántica: el llamado doble acuerdo sobre la instalación de los -proyectiles de alcance medio en Centroeuropa.Ante el crecimiento del potencial nuclear soviético con sus misiles SS-20, dirigidos a Europa Occidental, los entonces 15 miembros de la Alianza decidieron, por una parte, contrarrestar esas armas con los proyectiles Crucero y los Pershing II norteamericanos, cuyo estacionamiento está previsto que comience en diciembre de, 1983, y por otra, buscar con Moscú un acuerdo de reducción de este tipo de armas. Este fue la decisión que finalmente se conoció como el doble acuerdo.
Hasta ahora, tanto en la oposición como desde su llegada al poder, los socialistas habían evitado pronunciarse sobre este doble acuerdo, por considerar que España no pertenecía a la OTAN en la fecha que se adoptó y porque no estaba prevista la instalación de euromisiles en nuestro país. La última vez que Felipe González repitió este argumento fue el 15 de marzo pasado durante la conferencia de prensa que convocó con motivo de los cien días de su Gobierno.
El PSOE y posteriormente el Gobierno han estado siempre en contra de la nuclearización de España e incluso hace unas semanas, el presidente González apoyó la opción cero, propuesta por Reagan, que al ser rechazada por los soviéticos, ha sido modificada por una propuesta de acuerdo interino, para tratar de que Moscú lo acepte como principio de negociación a partir de la próxima ronda de negociaciones en Ginebra, el 17 de mayo.
Los soviéticos tienen actualmente instalados 351 misiles del tipo SS-20, móviles y con tres cabezas nucleares cada uno, que la OTAN quiere contrarrestar con la instalación de 572 proyectiles del tipo Crucero y Pershing II, que serán instalados a partir de diciembre en Gran Bretaña, Italia, Alemania Federal, Bélgica y Holanda, si no se llega antes a un acuerdo de reducción bilateral con los soviéticos.
Felipe González, al afirmar ayer en Bonn que España apoya el doble acuerdo pronunció, sin duda, la frase que más deseaban escuchar de sus labios los aliados desde que los socialistas llegaron al poder en las elecciones del 28 de octubre y anunciaron que llevarían a referendum el tema de la integración en la OTAN. La frase del presidente del Gobierno español circuló rápidamente por las agencias informativas internacionales y comenzó a comentarse con sorpresa en los pasillos del cuartel general de la Alianza en Bruselas, así como en el resto de las cancillerías europeas.
Es muy posible que las palabras de Felipe González estén motivadas por el hecho de que en su primera salida oficial a Europa, desde que está en la Moncloa, se ha encontrado con el sentir firme de sus colegas occidentales de que no habrá progresos en el tema del Mercado Común si España no sigue una política paralela de integración en la defensa y seguridad de la OTAN.
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