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Nicaragua insiste en mantener un modelo económico mixto

Pilar Bonet

Nicaragua, donde la participación estatal en la economía ha pasado de un 17% del producto interior bruto (PIB), en la época de Somoza, a un 40% con el Gobierno sandinista, insiste en el mantenimiento de una economía mixta como parte del proyecto político vigente. Así lo ha manifestado esta semana en Madrid, Edmundo Jarquín, director del Fondo Internacional de Reconstrucción de Nicaragua (FIR), cargo que tiene categoría ministerial.El incremento de la participación estatal en la economía, señaló Jarquín, "se hizo sobre la base de la expropiación y confiscación de los bienes del somocismo, y eso, históricamente, es irrenunciable. Sin embargo, el grado de monopolio de la economía no ha aumentado, ya que ha habido un simple traslado de la titularidad jurídica y la propiedad de un monopolio privado a la participación estatal".

En la actualidad, subrayó, el representante nicaragüense, "la participación estatal en Nicaragua es una de las más bajas de América Latina y más baja que en todos los países europeos". Por sectores de propiedad, en 1982 el PIB en la agricultura correspondió en un 21% al sector público y en un 79% al sector privado. En la industria, el porcentaje fue de 30,7% para el sector público y de 69,3% para el privado. En construcción, los porcentajes fueron de 92,3% y de 7,7%, respectivamente, y en minería la actividad se concentró totalmente en el sector público.

Jarquín opinó que el sector privado nicaragüense ha reaccionado de forma positiva ante el gobierno sandinista. "Nicaragua es el único país centroamericano donde el sector privado está invirtiendo". En 1980 y 1981 la economía nicaragüense tuvo las tasas de crecimiento mayores de Latinoamérica, con incrementos del 10,5% y 8,5% del PIB, dijo el representante nicaragüense. En 1982, sin embargo, aparecieron "manifestaciones preocupantes": la tendencia a la reactivación se contuvo y Nicaragua experimentó un crecimiento negativo del 2% que, según Jarquín, se debió, sobre todo, al deterioro de los términos de intercambio y a las consecuencias de las inundaciones, causantes de pérdidas por valor de 350 millones de dólares, y de la sequía posterior, que añadió 90 millones de dólares más a esta cifra.

En 1982 se dejó notar también la reducción del flujo de capitales provenientes de organismos financieros multilaterales, en los que Estados Unidos ejerció su derecho a veto. "En los últimos 18 meses, Nicaragua sólo ha recibido de estos organismos un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por valor de 34 millones de dólares y otro del Banco Mundial, por valor de 18 millones", manifestó el funcionario nicaragüense.

Deuda exterior

La deuda exterior de Managua supone 4.000 millones de dólares, cifra en la que hay que englobar los 1.700 millones de dólares de la refinanciación de la deuda heredada de Somoza, señaló Jarquín, para quien el perfil de la deuda de nueva contratación a lo largo de los dos primeros años de sandinismo es "sumamente positivo", con promedios de 24 años para los plazos, de 8 años para el período de gracia y del 6% para las tasas de interés.Del total de la deuda a medio y largo plazo, un 26% corresponde a América Latina, especialmente a México y Venezuela, un 30% procede de organismos intemacionales, un 24% de países socialistas, un 10% de Europa y un 4% de EE UU durante la Administración Carter. España, señala, contribuía con un 25% de los préstamos europeos, a finales de marzo. Este porcentaje se ve incrementado con los 6.000 millones de pesetas en líneas de crédito recientemente concedidos a Nicaragua por el Gobiemo español.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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