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Reacciones a la querella contra la canción 'Me gusta ser una zorra'

Incertidumbre sobre los futuros contenidos de 'La caja de los ritmos'

Los responsables de la emisión La caja de los ritmos de Televisión Española mostraban ayer su incertidumbre ante el futuro de lo que han de programar en este espacio de la primera cadena de los sábados, después de la decisión de la Fiscalía del Estado de interponer querella criminal por la difusión de la canción Me gusta ser una zorra, del grupo bilbaíno Las Vulpes. Por otra parte, en diversos sectores de la vida cultural y del espectáculo se recogieron opiniones acerca de la mencionada actitud fiscal contra la letra de Las Vulpes.Carlos Tena, director de La caja de los ritmos, repitió su extrañeza ante la querella presentada por el ministerio público y volvió a decir que el programa en el que se emitió la canción incriminada es una especie de comic en el que practicamente todo lo que se dice hay que tornarse como una metáfora. Dice que confía en la justicia, pone en cuestión que el mediodía del sábado, la hora en que se televisó la canción, sea un horario infantil y recuerda que el único precedente de este hecho estaría, en lo que ocurrió con el grupo punk Sex Pistols, cuya canción God save the Queen, fue prohibida por la BBC por resultar ofensiva para la Reina de Inglaterra.

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Diego A. Manrique, crítico de música y guionista del programa, considera que es muy triste que el fenómeno punk llegue a España con tanto retraso y en medio de tanta incomprensión. Piensa que "el escándalo que se ha montado en torno a Las Vulpes, organizado diez días después de que se emitiera la canción, responde a una manipulación política que no se hubiera orquestado si la melodía hubiera sido una canción supermachista cantada por hombres".

Luis García Berlanga, director de cine, considera que él es un horribre que está en contra de todo lo que sea poner corsés a la libertad de expresión. "Desde mi óptica, el escándalo público no existe en esta canción de Las Vulpes porque las palabras existen en el diccionario y cada uno las conjuga como quiere".

El filósofo y catedrático de Historia de la Filosofía, Emilio Lledó, señaló que él no se escandaliza porque me parece que muchas personas que se escandalizan podrían enmarcarse en un célebre texto de Kant, que atribuye a la burguesía la hipocresía de escandalizarse ante cosas triviales y simular, sin embargo, cosas monstruosas, crímenes de cualquier género".

Juan García Hortelano, novelista, autor de El gran momento de Mary Tribune, explicó que, según su criterio, "el escándalo público es una utopía, una cosa imposible, porque no es probable que un escándalo afecte a todo el público. Me da la impresión de que esta canción ha escandalizado a mayores de 35 años, y de ahí para abajo no afecta absolutamente a nadie".

María Jiménez, cantante, cree que la canción es en efecto "fuerte". "Yo, que le canto al amor y hablo de camas y oscuridades, nunca hubiera dicho esas cosas. No sé si lo han hecho en plan de broma".

El músico catalán Rocky Muntañola opina que no tiene que haber censura. "Pero tampoco creo que cualquiera puede salir en la tele a decir lo que quiera. No estoy haciendo una censura ideológica, pero sí exigiendo un control de calidad.Lo que sí está claro es que me es absolutamente igual poner la tele y ver a una chica diciendo guarradas o ver el telediario. Me parece lo mismo".

El cantante Francese Pi de la Serra sentencia el conflicto de una manera lapidaria: "Si se hace bien cualquier cosa es justificable, si no, no". Susana, cantante de Ultratruita, es dura en su juicio artístico. "Yo vi el programa, y lo que me parecieron Las Vulpes es que tienen unas canciones muy feas y muy horteras. Las vi muy torpes. Más que si es lícito o ilícito, la cuestión está en que son malas".

En medios jurídicos se hablaba ayer de la dificultad de perseguir el supuesto delito de escándalo público provocado por una emisión de televisión, puesto que los supuestos penales en los que se basa la querella presentada son anteriores a la propia existencia de la televisión. El artículo 15 del Código Penal, que se refiere a la autoría de los delitos de escándalo público establece la responsabilidad en cascada de los delitos de este carácter cometidos mediante la imprenta. No está prevista la autoría de supuestos delitos cometidos a través de medios distintos, como el de la televisión.

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