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Guerra abierta entre el Gobierno de Siles y el líder de la Central Obrera Boliviana, Juan Lechín

Antonio Caño

Después de siete meses en el poder, el Gobierno boliviano de Hernán Siles Zuazo se enfrenta, más que al riesgo de un nuevo golpe militar, a la oposición de sectores radicales que tradicionalmente han luchado contra la dictadura. Juan Lechín, el más prestigioso dirigente sindical del país, quien tuvo un papel esencial en la vuelta de la democracia a Bolivia al convocar la huelga general indefinida que acabó por derribar a los militares, se ha convertido en uno de los principales enemigos del Gobierno. "Se le ha declarado la pelea en términos militares, es decir, hasta el aniquilamiento", aseguró el ministro de Integración, Jorge García Roda, quien participa en Madrid en el Encuentro en la Democracia.

El enfrentamiento del Gobierno con el carismático líder sindical ha coincidido con un áspero debate entre el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierdas (MNR-I), al que pertenece el presidente Siles, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que amenaza la supervivencia de la alianza gubernamental, la Unión Democrática Popular (UDP), a la que, además de estos dos, también pertenece el partido comunista.El MIR es responsable de la primera crisis grave que sufrió el Gobierno de Siles Zuazo cuando a finales de enero del presente año se retiró del Ejecutivo; en él contaba con cinco ministros y el vicepresidente -tantas carteras como el MNR-I, aunque con la mitad de escaños y votos-, acusando a Siles de no -combatir con el rigor suficiente el tráfico de cocaína y la actividad de los empresarios privados. Tres meses después de esa retirada, que hizo tambalear el Gobierno, sectores influyentes del MNR-I (el partido más votado y el de más infuencia en el país) son contrarios a que se vuelvan a dar carteras a hombres del MIR. En cualquier caso, es muy improbable que ese partido vuelva a disponer de un número de ministerios tan alto como en el primer Gobierno, formado en octubre.

"Estas pugnas internas nos han costado caras", explica el ministro boliviano y miembro de la dirección del MNR-I, "porque ha habido que pelearse con sectores que, decían: para qué los queremos, que se vayan de una vez. Y nosotros decíamos que son malos aliados, pero no son enemigos". "El MIR se encuentra cogido en una trampa en que ni es Gobierno, ni es oposición, hay días que es Gobierno y otros que es oposición. Esta coalición es como un matrimonio que un día decide divorciarse. Hay un momento en que tienes que tomar una decisión crucial que es irte de casa y el daño ya está hecho. A partir de ahí viene un periodo duro en el que haces intentos de acercamiento. Puedes intentar arreglarlo, pero tienes el 90%. de posibilidades de fracasar".

Jorge González asegura que el Gobierno se encuentra fuerte, a pesar de la grave crisis de la coalición. "Los únicos que pueden derrocar al Gobierno son los militares y el frente militar está patentemente tranquilo, lo cual no es garantía de que va a estar tranquilo dentro de un año, pero digamos que peligro inminente de golpe militar no tenernos".

En el flanco sindical, la guerra está oficialmente declarada, según Jorge González. El enemigo es el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Lechín, un an arco sindicalista que basa su fuerza en la fiel militancia sindical de los trabajadores bolivianos, sobre todo los mineros. "Si a un dirigente sindical del partido comunista lo pones frente a la disyuntiva PC o sindicato, su corazón es más sindical que comunista, y más todavía en el caso de un dirigente del MNR-I", explica el ministro.

"Ahora Lechín nos ha hecho un excelente jaque doble" al exigir al Gobierno la cogestión en el sector minero. "Nosotros tenemos que elegir la mínima pérdida, que es lo que ha hecho el presidente insistiendo en que la cogestión es nuestra voluntad, que estamos interesados en la cogestión porque es parte central de nuestro programa de Gobierno, pero nosotros queremos una cogestión paritaria. Siles ha dicho que va a existir el sector empresarial estatal gestionario, la empresa privada y el sector cooperativo, para tranquilizar a los empresarios mineros privados que estaban alarmados con la posibilidad de que se les metan los obreros, que ya tomaron la COMIBOL (empresa estatal de minas)".

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Una pregunta durante 30 años

El ministro boliviano encuentra dificultades a la hora de definir la ideología y los objetivos del veterano dirigente sindical de su país. "¿Quién será Lechín? Esa es una cosa que se preguntan los bolivianos desde hace 30 años, y todavía no tenemos una respuesta clara". Lechín echó abajo la revolución de 1952 con la anarquía sindical y ahora empezamos con la toma de fábricas".Según Jorge González Roda, las razones económicas no parecen ser determinantes para desencadenar esta ofensiva sindical. "En este momento un minero del interior de las minas está ganando igual que un viceministro. Un minero está sacando ahora mismo entre 35.000 y 40.000 pesos (unos 200 dólares)".

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