Convocada huelga de una semana en la banca a partir del próximo jueves

Los sindicatos presentes en la mesa de negociación de la revisión del convenio de la banca privada convocaron ayer una huelga en el sector de siete días de duración, que tendrá lugar del 28 de abril al 5 de mayo, ambos inclusive. Los paros coincidirán con los previstos en el Banco de España y en el Exterior para finales de mes. Estas fechas son las que registran mayor actividad bancaria, básicamente en el pago de nóminas domiciliadas, pensiones y distintos recibos de servicios como luz, agua, colegios, etcétera.

Una propuesta de los sindicatos sobre la posibilidad de desconvocar la huelga, si la Asociación Española de la Banca Privada (AEB) aceptaba una mediación en las negociaciones, fue rechazada por la patronal que ha expresado su deseo de conocer la personalidad del mediador. Según distintas versiones, la AEB pidió a los sindicatos la filiación política y sindical de la persona que intervendría en el conflicto.Las negociaciones del convenio de banca se encuentran estancadas en el tema salarial, sin que hasta ahora se hayan abordado los aspectos de jornada y clasificación de categorías, los otros dos puntos previstos en la revisión. La AEB ha ofrecido como última propuesta una subida salarial del 9,5%, frente al 12,5% solicitado por los sindicatos.

Por otra parte, la polémica sobre la necesidad de un plan de estabilización o de austeridad para salir de la crisis económica, suscitada el jueves por el presidente de la AEB, Rafael Termes, se ha extendido en casi todos los medios empresariales y entre altos cargos de la Administración, relacionados con la gestión económica del Gobierno. Fuentes de la CEOE se mostraron contrarios a la estabilización, ya que su dureza arrastraría a la desaparición a un buen número de empresas enfermas (alrededor del 30% de las existentes, según declaró un empresario representativo). Los cargos públicos consultados opinan que la fecha adecuada para estabilizar hubiera sido el pasado mes de diciembre, arropando las medidas tomadas por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, de devaluar la peseta, incrementar el coeficiente de caja de los bancos y cajas de ahorro y aumentar el precio de los carburantes. Según otras fuentes consultadas, el contenido de los presupuestos para 1983, presentados ayer en el Congreso, no avala ninguna de las tesis estabilizadoras.

Páginas 47 y 51