Los cancilleres centroamericanos han acordado en Panamá una agenda básica para seguir dialogando sobre la paz en la zona
El próximo mes de mayo, nuevamente en Panamá, los cinco cancilleres centroamericanos, auspiciados siempre por los cuatro de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá), tendrán una segunda oportunidad para seguir dialogando sobre la paz en la zona. Habrá que cruzar los dedos en signo de esperanza para que la voluntad de diálogo, que según todos los protagonistas de la conferencia de paz para Centroamérica se ha manifestado en esta primera reunión, no se malogre por un intervalo de tiempo que algunos juzgan excesivamente largo.
Según el comunicado final de la cumbre de cancilleres celebrada en Panamá, que finalizó sobre las tres de la madrugada de ayer (hora peninsular) sus dos días de deliberaciones sobre la pacificación de Centroamérica, los cancilleres han elaborado el siguiente temario básico para su próximo encuentro: control y reducción de armamentos, tráfico de armas, presencia de asesores militares extranjeros, acciones destinadas a desestabilizar el orden interno de otros Estados, amenazas verbales, incidentes bélicos en regiones fronterizas y violación de derechos humanos, que están en la base de la crisis.El espíritu de Contadora, que no es otra cosa que la búsqueda de una paz negociada en Centroamérica, ha sobrevivido a su primera prueba. Sólo eso es más de lo que muchos esperaban después de los vientos de guerra que han soplado en la región durante las últimas semanas. Es verdad que los cuatro de Contadora no lograron sentar a la misma mesa a sus colegas del istmo, pero evitaron al menos que éstos regresaran a sus capitales a velar las armas, convencidos de que la paz no es cuestión de palabras.
Algo ha cambiado para bien
A falta de acuerdos en firme, que no los hubo, tampoco puede decirse con exactitud que todo sigue como estaba antes de la conferencia. Al menos se ha delimitado una agenda para la próxima reunión y los cinco cancilleres centroamericanos han aceptado ya utilizar mecanismos de negociación bilaterales o regionales.Esto, que puede parecer una filigrana diplomática, constituyó hasta ayer uno de los principales obstáculos para una negociación seria. Nicaragua insistió siempre en negociar bilateralmente con Honduras o Costa Rica sus conflictos fronterizos, porque eso le situaba en pie de igualdad, en tanto que Honduras exigió un diálogo regional, porque a su juicio no se puede desvincular la frontera de la cuestión armamentista o del apoyo que los sandinistas prestan a los movimientos subversivos de la región.
En la enumeración de temas de la agenda acordada finalmente en Panamá hay tela no para una, sino para muchas reuniones. Los cancilleres del grupo de Contadora tienen ahora ya una completa información sobre los puntos de vista de cada nación centroamericana. La fase de consultas queda así prácticamente cerrada. La próxima vez será necesario pasar a las negociaciones directas para evitar una sensación de fracaso.
El canciller panameño, Juan José Amado, declaró al término de esta primera conferencia que en la próxima cita se abordará ya la negociación propiamente dicha. Esta tendrá carácter bilateral en los litigios fronterizos y regional en cuestiones tales como la carrera armamentista, el tráfico de armas o la revitalización del Mercado Común centroamericano.
El comunicado final dice a este respecto que "se obtuvo un principio de acuerdo sobre los procedimientos de consulta y negociación que habrán de seguirse en el futuro próximo, de tal manera que éstos se acomoden a la diversa naturaleza de los temas, sean de alcance regional o de carácter bilateral".
Cautela y esperanza
Sobre estas bases, que siguen siendo aún sumamente frágiles, los nueve cancilleres han coincidido al calificar la reunión de positiva, aunque siempre en términos cautelosos. El ministro salvadoreño, Fidel Chávez, que según fuentes diplomáticas sorprendió por su flexibilidad, dijo que había habido progresos, aunque invitó a ser prudentes. En el otro extremo, la posición dialogante mantenida por Guatemala parece haberse trastrocado por una dureza inesperada.Honduras y Nicaragua siguen siendo, con todo, los países que mantienen un enfrentamiento más abierto. Una vez más, el canciller nicaragüense, Miguel d'Escoto, insistió en la necesidad de celebrar una reunión bilateral con Honduras urgentemente. Su colega hondureño, Edagardo Paz, lamentaba por su parte la negativa nicaragüense de estos días a sentarse en la misma mesa con los cuatro cancilleres centroamericanos. En cualquier caso, la voluntad de dialogar que todos aseguran mantener aparece permanentemente amenazada por litigios ya muy enquistados. A esto hacía referencia el canciller colombiano, Rodrigo Lloreda, cuando habló sobre las extremas dificultades que conlleva este proceso de negociación.
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